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DEVOCIÓN A SANTA CIARA DE ASÍS EN ESPAÑA 281 En la acogedora ciudad de La Coruña, «donde nadie es forastero», las religio– sas me recuerdan que siempre se ha recurrido a santa Clara para pedir buen tiempo, cosa tan deseable en la nebulosa cornisa cantábrica. Pero se está notando, dicen, un aumento de esa piedad, que no por un tanto interesada deja de ser sincera. Las gentes piden estampas de la Santa y el monasterio ha hecho imprimir una con la oración de la misa. Como anécdota refieren que uno de estos años pasados, en que se iba a celebrar en La Coruña el «Día de las Fuerzas Armadas» con la presencia del Rey, el Ministro español de Defensa, hizo llegar al monasterio varias docenas de huevos para que, por la intercesión de santa Clara, el tiempo no desluciera el previsto desfile militar y la fiesta subsiguiente. Cerca de La Coruña, en el Puerto de Santa Cruz y en el poético «Caminho das Cameliasr,, se encuentra el monasterio de las clarisas capuchinas, trasplantado del centro de la vieja ciudad coruñesa. Una bella imagen de santa Clara mira desde el altar a los fieles que acuden en busca de paz a aquel rincón solitario. La devoción especial a la Santa la expresan también confiando en su protección para el tiempo sereno en la atmósfera y seguramente también en el espíritu. La ofrenda de huevos no falta aquí tampoco como distintivo de la devoción dariana. 4. Üm.OS TESTIMONIOS DE CLARLSAS Además de estos conventos personalmente visitados, recibí algunas informa– ciones de otros lugares, bien por carta, bien por boca de religiosas. Así, de Ciudad Rodrigo, me escribe la madre abadesa de las clarisas: «La gente de aquí tiene bastante devoción a Santa Clara, ya de generación en generación desde que existe este secular Monasterio. F.sta devoción se manifiesta sobre todo en la asistencia a la Novena y día de su fiesta, once de agosto; y en la costumbre tan popular de ofrecer huevos a la Santa, suplicándonos que roguemos por el buen tiempo (¡que no llueva!), cuando desean celebrar algún acontecimiento, bodas, bautizos, primeras comuniones o fiestas familiares al aire libre; y hasta en las fiestas profanas que organiza L'Sta ciudad (carnavales). Y que es cierto que rara vez quedan defrauda– dos; pues casi siempre parece interceder la Santa ante el Señor, al acudir a ella con esa petición, puesto que se despejan los nublados. Además también se manifiesta esta devoción en el aprecio y estima que tienen a sus hijas las Clarisas, socorriéndo– nos con limosnas.» 12 En Murcia, me refieren en algún convento de los visitados, existe la costumbre de distribuir a los pobres de San Antonio los «Panes de Santa Clara» en la fiesta de la Santa. Son panecillos con la señal de la cruz marcada sobre ellos, en recuerdo del 12 Carta del 31 de agosto de 1991, por mediación de sor Consuelo González, hermanita de los ancianos.

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