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282 BERNARDINO DE ARMELLADA milagro que tuvo lugar durante una visita del papa Gregario IX al monasterio de San Damián, según refieren las Florecillas. 13 En la población de Ash1dillo (Palencia) -donde hay un convento de clarisas desde el siglo XIV- según el testimonio de una religiosa perteneciente a dicha comunidad, existe una gran devoción a santa Clara, aunque --cosa rara- no se conoce la tradición de ofrecer huevos. Devoción especial a la Santa se tiene también en Zamora, donde las religiosas guardan con cariño filial unos corporales hechos por la misma santa Clara. La abadesa clarisa del monasterio de Santiago Apóstol de Guadix (Granada) me escribe, por encargo del canciller secretario del Obispado: 14 «Aquí en Guadix la gente quiere mucho a Nuestra Madre Santa Clara, lo mismo a Ntro. P. San Francisco. Nosotras les hacemos aquí la novena, lo mismo a N. P. que a Ntra. Madre, y la Iglesia se ve muy concurrida. Si está el Sr. Obispo, preside él la Eucaristía, en la que concelebran varios sacerdotes.» Hasta aquí, testimonios de un grupo de monasterios que más o menos reflejan lo que seguramente acaece en todos los demás de Espafi.a. Son como una muestra, que nos da un coeficiente relativamente alto de lo que pudiéramos llamar presen– cia espirihml de santa Clara en la vida de piedad de la Iglesia de España. 5. ENCUESTA A NIVEL NACIONAL En orden a detectar otras manifestaciones del interés devocional español por santa Clara, tuve a bien escribir a todos los obispados de la nación la siguiente carta: «Roma, 3 de septiembre de 1991 M.I.Sr. Canciller-Secretario del Obispado de... Muy estimado en el Señor: Paz y Bien. Estando ya próximo el VIII Centenario del nacimiento de Santa Clara de Asís (1193-1993), compañera de San Francisco en la fundación de las Religiosas Clarisas, 13 «Santa Clara hizo preparar las mesas y poner el pan en ellas para que el Santo Padre lo bendijera.» El Papa, sin embargo, quiso que fuera santa Clara quien diera la bendición, imponiéndoselo por obediencia ante su resistencia humilde. «Entonces Santa Clara, como verdadera hija de obediencia, bendijo muy devotamente aquellos panes con la señal de la cruz. Y, ¡cosa admirable!, al instante apareció en todos los panes la señal de la cruz, bellísimamente trazada. Entonces comieron una parte de los panes, y la otra parte fue guardada en recuerdo del milagro.» Florecillas de S. Francisco de Asís y sus compaiieros, cap. 33, en San Francisco de Asís. Biografías. Documentos de la época, ed. por J. A. Guerra, Madrid 1978, 859-860. 14 Carta del 30 de septiembre de 1991. Ver abajo la circular dirigida a todos los obispados de España.

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