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352 Zamora Las últimas líneas indican qmen debía llevarse la parte del león en la repartición del tiempo escolar, a expensas de la lógica y de la metafísica. Dos pensadores británicos, Locke y Newton, serían los atlantes de aquella cultura filosófica, propugnada por este corifeo de la Ilustración. La ética aparece claramente separada de la teología, y casi reducida a la del estoicismo. Al conjunto de todo ese enfoque le cuadraría bien el calificativo de ecléctico. Hay que tenerlo en cuenta para la mejor inteligencia de los planes de estudios fomentados por el Consejo de Castilla, pues estaban en la misma línea, una veintena de años más tarde. Insistiendo en la necesidad de que el gobierno tomara como cosa propia la imposición de su plan, o de otros cualesquiera orientados en parecida dirección, D'Alembert escribía: « Au reste c'est au gouvernement, comme je l'ai dit, a faire changer la-dessus la routine et l'usage; qu'il parle, et il se trouvera assez de bons citoyens pour proposer un excellent plan d'études ». El segundo carácter capital que se quería dar a la instrucción pública era el de la utilidad de lo que se estudiaba. La emergencia de las ciencias naturales al primer plano de la enseñanza era debida, en no pequeña proporción, a ese factor utilitario. La nueva física, basada en la observación y, sobre todo, en el experimento, había logrado imponerse por los éxitos conseguidos al aliarse con la geo– metría. Esta fue la hazaña de Newton, merced a la cual pudo arrin– conar la filosofía natural cartesiana, como ésta había hecho antes, en muchas aulas, con la peripatética. En París se estaba celebrando aún el acontecimiento de la creación de una cátedra dedicada a la física experimental en el Colegio de Navarra (1735). El rey se la confió a un académico de rique et des principes de philosophie qu'il doit tácher d'oublier; souvent avec une corruption de moeurs dont l'altération de la santé est la moindre suite; quelques fois avec des principes d'une dévotion mal entendue, mais plus ordi– nairement avec une connaissance de la religion si superficielle qu'elle succombe a la premiere conversation impie ou a la premiere lecture dangereuse » (Art. « College »). Puede verse éste y otros extractos, además, en The Encyclopédie of Diderot and D'Alembert. Selected articles edited with an Introduction by John LouGH (Cambridge University Press 1954, reissued 1969). Hay traducción espa– ñola, en Ediciones Guadarrama, de Madrid. Los tiros de los enciclopedistas contra los colegios y la enseñanza vigente, en general, apuntaban principalmente a la de los jesuítas. En Francia, como luego en España, la reforma de la enseñanza iba muy unida al destino de la Compañía.

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