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130 Miguel Anxo Pena González Espíritu LXXI (2022) ∙ n.º 163 ∙ 119-143 El punto álgido de su comprensión se encuentra en el hecho singular de que tanto el hombre como el universo han sido creados por Dios. “De Dios procede todo aquello que es natural, porque es el autor de la naturaleza” 25 . El hombre es por naturaleza imagen de Dios, en razón de sus facultades racionales 26 . Para el dominico, por lo mismo, se trata de una naturaleza ilu- minada por la razón. Con todo, entiende que la reflexión teológica ha de considerar a todo el hombre, la totalidad de su naturaleza conjuntamente con sus dimensiones sensitivas y racionales. Para él, aquello hacia lo que el hombre se siente inclinado es bueno y, por lo mismo, aborrece lo malo; entendiendo que la inclinación natural no puede ser mala, ya que procede de Dios 27 . Aquí se ve claro que, aun dentro de la proximidad, la ley moral no es una proyección en el tiempo de preceptos intemporales, sino una realidad que necesita ser descifrada por la razón humana, llegando hasta la raíz del propio ser. Es, por fuerza de la razón, que el hombre puede conocer esta ley de la naturaleza. Y, junto a los principios filosóficos planteados por los clásicos, ubica también la Sagrada Escritura, que entiende como fuente principal de la ley natural. De esta manera, construye su teoría de los de- rechos y deberes del hombre partiendo de la naturaleza humana, no de la fe y de la gracia. De ahí que los derechos y deberes sean iguales para todos los hombres. Un ejemplo es el de la igualdad, que aplicará a los naturales de las Indias Occidentales, entendiendo que todo hombre tiene derecho a la dignidad humana y a todo aquello que sea necesario para garantizarla 28 ; y esto por la simple razón de ser hombre, abriendo así espacio a la búsqueda de justicia y al universalismo. Vitoria, de facto, se opone a una moral de la ley de tipo ockhamista, proponiendo una visión de la naturaleza racional 25  “Quae enim apud omnes naturalia sunt, a Deo auctore naturae sine dubio sunt”. F. de Vitoria, De potestate civili , T. Urdánoz (ed.), 159 [n. 6]. 26  “Sed homo est imago Dei per naturam, scilicet per potentias rationales”. F. de Vi- toria, De potestate civilis , F. de Vitoria, Relectio de Potestate civili. Estudios sobre su filosofía política , 152 [V.1. Fundamento y forma del dominio]. 27  “Id ad quod naturaliter inclinatur homo est bonum, et quod naturaliter abhorret est malum… inclinatio naturalis non potest esse ad malum, quia est a Deo”. F. de Vitoria, Comentarios a la II a -II ae . VI. De virtute temperantiae, De prophetia, De vita activa et contemplativa, De statibus hominum (qq. 141-189), Appendices I. De lege (1.2, qq 90- 108), II. Fragmenta relectionum, III. Dictamina de cambiis , V. Beltrán de Heredia (ed.), 426. 28  F. de Vitoria, Relectio de Indis , I, 1, 3, 18. Cf. M. A. Pena González, Derecho natural y ley natural en las Indias. La propuesta de Vitoria . 131-132.

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