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220 CARLOS BAZARRA, OFMCAP FRANCISCO Y LA POBREZA A partir del Vaticano II y sobre todo de las Conferencias del Episcopado Latinoamericano de Medellín y Puebla, el aspecto de la opción por los pobres que prevalece es el de la liberación de la injusticia y de las causas de la pobreza. Refugiarse en una pobreza interior o conformarse con un simple asistencialismo es sospechoso de alienación. A Francisco de Asís se le catalogaba en una corriente espiritualista, no sociológica. Francisco no puede ser catalogado dentro de la solidaridad social, sino que su pobreza hay que colocarla dentro de un ámbito espiritual, pero con repercusio– nes sociales. 4 Francisco no llegó a captar la dimensión social de la pobreza:' Sus textos son expresivos: No resistan al mal, sino a quien les pegue en una mejilla, vuélvanle también la otra. Y a quien les quite la capa, no le impidan que se lleve también la túnica. Den a todo el que les pida; y a quien les quite sus cosas, no se las reclamen (1 R 14). Aconsejo, amonesto, exhorto en el Sefíor Jesucristo a mis hermanos que, cuando van por el mundo no litiguen ni contiendan con palabras ni juzguen a los otros; sino sean apacibles, pacíficos y mesurados, mansos y humildes, hablando a todos decorosamente, como conviene (2 R 3). Se diría que su preocupación no es eliminar la pobreza, sino asumirla y vivirla. No estamos en ninguna lucha de clases. Escribe Celano: Y, aun cuando se había desprendido de toda envidia, no pudo desprenderse de una, la única: la envidia de la pobreza; si veía a alguien más pobre que él, de seguida lo envidiaba; y, en combate de emulación con la pobreza, temía quedar vencido en la lucha (1 Cel 2, 83). Para mí no hay mayor bochorno que encontrar a alguno más pobre que yo (EP 17). Para Francisco la pobreza es imitación de Cristo y medio de perfección. Es Dama Pobreza. Recuerden que nuestro SeFíor Jesucristo ... fue pobre ... y vivió de limosna tanto Él como la Virgen bienaventurada y sus discípulos (1 R 9). Esta es la excelencia de la altísima pobreza, la que a vosotros, mis queridos hermanos, os ha constituido en herederos y reyes del reino de los cielos, os ha hecho pobres en cosas y os ha sublimado en virtudes. Sea ésta vuestra porción (2 R 6). Dos raíces creernos que dan juego a este amor de Francisco: una, esencial; la otra, complementaria. Como raíz esencial juzgamos el ejemplo de Cristo. Corno raíz comple- 1nentaria el ver en la pobreza el camino seguro hacia la santidad. 6 Resumiendo, 4 J. M1cú, Vivir el Evangelio (Valencia 1998) 263. 5 lb., 267. r, E. RIVERA, «Vivencias primarias del alma de San Francisco», enAnthropos. Suple– mentos 26 (1991) 142.
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