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ANTROPOLOGÍA DE LA POBREZA FRANCISCANA 227 No se trata de agotar ahora todas las citas franciscanas sobre este argumen– to. La pobreza como carencia no la quiere Dios. La pobreza como estilo de vida, como confianza en el amor divino, como libertad de espíritu, nos hace verdaderamente humanos, misericordiosos, y seguidores de Cristo pobre y crucificado. La dimensión antropológica requiere también la realidad de una pobreza real en este mundo. Pero en la vida eterna no existirá ninguna caren– cia: ni de pan, ni de vestido, ni de techo, ni de salud. Pero existirá la condición del pobre que ha puesto su confianza total en el misterio insondable del amor del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Pobreza material no; pobreza antropológica, sí. CONCLUSIÓN Jesucristo da como señal de autenticidad el hecho de que los pobres son evangelizados (Mt ltS). :Hoy, completando la frase evangélica, nos pregunta– mos: ¿Los pobres evangelizan? Se trata del carácter soteriológico de los pobres y de la pobreza. ¿Cómo salvan los pobres? «Puede hablarse de un pueblo crucificado que desde su cruz histórica interpela a sus verdugos y les reclama conversión personal e histórica, que lleve a liberar de su opresión... Es una llamada a la salvación y a la verdadera felicidad de aquellos que buscan en la riqueza, en el poder, en el bienestar las raíces más profundas de la seguridad y de la dicha humanas.» 16 Es lo que la III." Conferencia General del Episcopado Latinoamericano ha llamado «potencial evangelizador de los pobres».17 Es la dimensión antropológico-teologal de la pe~fecta alegría (Adm 5; Flor 8). En esta línea se desarrolló la reflexión de la Orden Capuchina en el 6.º Consejo Plenario (septiembre 1998, Asís): «Vivir la pobreza en fraternidad». El Ministro General de la Orden publicó en diciembre de 1999 una carta con el sugestivo título: «Los pobres, nuestros maestros» recuperando el sentido soteriológico del pobre. 18 La teología latinoamericana de la liberación partió de la pobreza sociológi– ca y está descubriendo ahora la pobreza antropológica. Francisco de Asís partió de la pobreza antropológica para vivir una pobreza económico-social. En alabanza de Cristo. Amén. Ji, I. EILACllRIA, «Pobreza/Pobres», en C. FtDRJSTAN - J. J. TAMAYO, Conceptos funda– me11t11les del Cristianismo (Madrid 1993) 1052. 17 Documento de Pue/Jln, 1147. 18 Analecta OFMCap 115 (1999) 261-274.

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