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326 LÁZARO !RIARTE Habiendo descubierto un hermano en todo menesteroso, en todo sufriente, el espíritu de Francisco estaba ahora preparado para dar el paso decisivo: el encuentro con Cristo hermano, precisamente en el Cristo pobre y crucificado, cuya imagen luego verá y venerará en ellos. Así llegamos a la experiencia tenida ante el Crucifijo de la iglesita de San Damián, cuando «estaba ya cambiado perfectamente en su corazón» (2 Cel 10). Ahora es la voz del Cristo paciente quien le pide que venga en ayuda de su pobreza, reparando su casa en ruina a causa del abandono de los hombres. Queriendo llevar a cabo la orden recibida se dispone a realizarla con una mentalidad todavía de rico benefactor. Va a casa y, en ausencia de su padre, carga el caballo con las mejores telas, se traslada a Foligno donde vende telas y caballo, y se apresura a encontrar al capellán de San Damián con el dinero cobrado para darle el encargo de reparar la iglesia. Pero recibe de Dios una lección fundamental: el sacerdote rehúsa aceptar aquel dinero «por miedo a los parientes». Entonces Francisco arroja con desprecio la bolsa a una venta– na (1 Cel 9). De aquí en adelante el dinero no contará para él; será un no– valor. Experimentó plenamente la fuerza liberadora de la pobreza radical el día en que, ante el obispo, no sólo restituyó a su padre el dinero sino también los propios vestidos y así, desnudo, anduvo por el bosque cantando su libertad en la lengua de los trovadores, convertido ya en el heraldo del gran Rey (1 Cel 15s). La orden del Crucifijo le apremiaba; convencido de que las obras de Dios no se hacen con dinero, comprendió que debía ser él quien reconstruyera con sus propias manos la iglesita. Comenzó a mendigar piedra a piedra, asoció a otros pobres como colaboradores, y así, sin dinero, no sólo reconstruirá San Damián, sino también una segunda y una tercera iglesia. Yhubiera continuado reconstruyendo iglesias pobres si, al término de su proceso de conversión, no hubiera descubierto la razón de aquella desorientación de su vida bajo la acción de Dios. 3. FRANCISCO DESCUBRE EL EVANGELIO C0110 «FORMA DE VIDA» Después de haber recordado en su testamento el origen de su conversión y las consecuencias inmediatas -la fe en las iglesias, en los sacerdotes, en la presencia eucarística del Hijo de Dios-, Francisco dice cómo tuvo comienzo la comunidad evangélica: «Y después que el Señor me dio hermanos, nadie me mostraba qué debía hacer, sino que el Altísimo mismo me reveló que debía vivir según la forma del santo Evangelio. Y yo lo hice escribir en pocas palabras y sencillamente y el señor Papa me lo confirmó» (Test 14-15).

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