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338 LÁZARO JRIARTE fundador del movimiento evangélico seglar. El cardenal Hugolino, con su Memoria/e propositi de 1221, en el que aparecen numerosos elementos tomados del Propositum de los humillados, aprobado por lnocencio III en 1201, demostró la evidente intención de la Sede apostólica de mantener el carácter seglar de la Orden de Penitencia con una estructura interna adecuada, aunque flexible, y un programa de vida cristiana muy exigente. El texto lo conocemos por la revisión hecha en 1228 por el mismo Hugolino convertido en el Papa Gregorio IX. Esta «Tercera Orden» franciscana tuvo un gran éxito entre las clases popu– lares del siglo xrn. Una lista de 57 miembros de una fraternidad boloñesa presenta, en 1252, nombres de notarios, amanuenses, silleros, barberos, zapa– teros, carpinteros, papeleros, panaderos, boticarios y operarios de la piel. 18 El beato Pedro de Sena, que tuvo un gran influjo en la ciudad, era un cardador. Pero el movimiento franciscano laico llega también, sobre todo fuera de Italia, a los palacios de los nobles y de los príncipes, produciendo frutos muy notorios de perfección cristiana. 6. LA POBREZA-MINORIDAD, COMPONENTE ESENCIAL DEI, IDEAL EVANGÉLICO FRANCISCANO Algunos historiadores prefieren dar a los movimientos evangélicos surgi– dos en el siglo xn el apelativo de <,pauperísticos». En efecto, el radicalismo evangélico conduce lógicamente al descubrimiento del misterio de la pobreza en la vida y en la enseñanza de Cristo y al llamamiento a la renuncia de los bienes como condición para la construcción del Reino, una invitación que ha hecho cambiar la vida a tantos verdaderos discípulos de Cristo en el curso de los siglos y que indujo a Pedro Valdo, rico mercader de Lyon, a hacerse pobre y profeta de la Iglesia de los pobres. Sería interesante indagar en él y en otros promotores de esos movimientos las profundas motivaciones de tal elección. En el caso de Francisco de Asís las fuentes nos ofrecen toda la información deseable sobre el proceso de maduración en él del Uamamiento a la pobreza total, tanto individual como colectiva. 19 En este proceso hay que destacar su posición respecto al dinero. La economía pecuniaria, casi desaparecida en Europa después del siglo vm, había reaparecido vigorosamente en el siglo xn; el dinero se estaba convirtiendo en un nuevo poder. 1" M, BlHL, Eler11·hí bononienses fratrum de poenitcntia, en Arch. Franc. 7 (1914) 229-232. 1" V. DA BussuM, «11 movimento francescano di poverta di S. Francesco e quello di Petro Valdo», en L'Italia Franc. 24 (1959) 225-233, 299-307; «La poverta del secolo xm e Francesco d'Assisi», Atti del II Congr. della Soc, Int. di Studi Francescani, Assisi 1975.

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