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426 RUFINO M. GRÁNDEZ, OFMCAP vergel de belleza poética, porque Francisco fue un hombre de Dios bañado en Poesía. Cuando en su día hubo que renovar el himnario franciscano para la Liturgia (pues en la primera edición en castellano, por los años 70, los versos para orar eran, con frecuencia, muy ramplones), hubo que desechar abundan– tes composiciones, después de la llamada que se hizo. Muchos versos presen– tados no llegaban a ser poesía con esa calidad y belleza que pide espontánea– mente la oración. 5 Y con todo, la «via pulchritudinis» es un camino certero de llegada para alcanzar, por gracia, las cumbres espirituales. Pablo VI, síntesis de humanismo y finura espiritual, habló de la «vía pulcritudinis» en un célebre discurso dirigido a los mariólogos en el Año Santo de 1975. 6 Para el soporte de nuestra espiritualidad franciscana hemos de pedir, como precioso carisma, el don de la poesía. Si tuviésemos poesía para decir, con la hermosura del corazón, los ideales que anhelamos vivir... En espiritualidad no se puede hacer poesía de repente, si ésta quiere ser poesía al servicio de la comunidad que ora. El poeta debe conocer las fuentes y la tradición. No vale decir cosas bonitas sin más; no puede ser inventor de sus propios códigos poéticos, por no decir, caprichos poéticos, que el viento se lleva. El poeta, como el iconógrafo, trabaja en el cauce de una tradición, que respeta como patrimonio de familia. Además, y en lo que la pobreza personal lo consienta, el poeta ha de tratar de sincerarse con su vida, para que su canto salga de un encuentro con Jesús, fuente de hermosura. ¿Cantar el Tránsito de Clara? Si es una celebración de mística trinitaria -así lo percibe quien ha leído la Legenda y, más aún, el 5 Según los folletos de la «Liturgia de las Horas: Propio de la Familia Franciscana» (1983), la Comisión encargada de preparar los textos, y en este caso de la selección de la poesía, la componían: «José Luis Aparicio, OFMCap.; Daniel Elcild, OFM; Rufino María Grández, OFMCap., y Manuel Ortega, OFM.» En lo que respecta a la poesía, previamente a la decisión final, se hizo una consulta a otros hermanos, los «colabora– dores» y algunos más, sobre la calidad poética de los textos. Años más tarde, en el boletín de Cantabria Franciscana , de la provincia franciscana de Cantabria, se publicó el índice de poemas y autores de nuestra Liturgia para la familia franciscana. Una nueva edición, que lo está pidiendo los cambios importantes en el santoral franciscano ocurridos en estos veinte años, pediría (según mi modesta opinión) una revisión de la himnodia que está en uso, una convocatoria para nuevas composiciones; además y aparte de una revisión litúrgica de los textos sagrados que figuran en castellano, y también en la edición latina que sirvió de base. 6 Véase: P AOLO VI, Dicorso nella chiusura del VII Congresso mariologico e nel inizio del XIV Congresso mariano, Roma, 16/V/1975, en: AAS 67 (1975) 338.
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