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EL CARISMA FRANCISCANO DE ASÍS 227 a) La admisión El ingreso en la Fraternidad, tal como se formula en la Regla bulada -«si algunos quieren tomar esta vida»- refleja más una iniciativa humana que una inspiración divina. Sin embargo en la Regla de 1221 queda más clara la dimensión gratuita de la vocación al decir que «si alguno, queriendo, por divina inspiración, abrazar esta vida, viene a nuestros hermanos, sea recibido benignamente por ellos» (1 R 2, 1). En realidad, Francisco concibió siempre como un don el poder vivir «según la forma del santo Evangelio»; por eso, al describir en el Testamento su itinerario espiritual, comienza diciendo: «El Señor me dio de esta manera, a mí el hermano Francisco, el comenzar a hacer penitencia» (Test 1), y el mismo Señor es el que le da también los hermanos para que emprendan juntos la aventura del Evangelio. Si la Regla no es más que «la vida del Evangelio de Jesucristo» que el Señor le concedió escribir (Test 39), los hermanos que llegan para vivirla no pueden hacerlo por iniciativa propia, sino porque han sido llamados, lo mismo que Clara y sus hermanas que, por divina inspiración, eligieron vivir «según la perfección del santo Evangelio». 112 Los biógrafos interpretan igualmente la vocación a la Fraternidad como un don de Dios.rn Por ello la actitud de los hermanos a los que se acercan tales candidatos, como dice la Regla de 1221, debe ser de afable acogida; posteriormente los presentarán a sus Ministros. Existe un viejo problema con relación a la persona que, por derecho, le corresponde admitir a los candidatos. 114 Mientras en la Regla de 1221 se precisa que son los Ministros provinciales, en la bulada solamente a los Ministros, «y no a otros, se conceda la licencia de recibir hermanos». Es decir, que el derecho lo tiene el Ministro general, pero debe delegarlo solamente a los Ministros provinciales. 115 La recepción de los candidatos estuvo primeramente concentrada en la persona de Francisco, según se desprende de la Leyenda de Perusa, pues «en el tiempo en que todavía nadie era admitido a llevar la vida de los hermanos sin 112 FVCl 1. Sobre la «perfección evangélica», d. D. V. LAPSANSKI, Perfectio Evangelica. Eine /Jegruffsgeschichtliche Untersunchung im frühfranziskanische Schrifttum, München– Paderbon-Wien 1974. 113 1 Cel 24; 27; 28; 32. TC 36. 114 Cf. O. ScHMUCKI, «De initiatione in vitam franciscanam luce Regulae aliorumque primaevorum fontium», en Laurentianum 12 (1971) 183; A. BoNI, De admissione ad novitiatum in legíslatione Ordinis Fratrum Minorum. Dissertatío historico-iuridica, Romae 1958, 27-42. 115 Cf. O. Scl!MUCKI, «De initiatione», 183; A. BoNr, De admissione, 33.

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