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EL CARISMA FRANCISCANO DE ASÍS 239 b) Modo de vestir La parquedad con que se nos ha dado a conocer el contenido del noviciado y la profesión, contrasta con la descripción detallada del vestido. La Edad Media era una época de estratificación social en «órdenes»,1 58 cuyo uniforme, o modo de vestir, expresaba su realidad. El uniforme unía al grupo y lo identifi– caba ante los demás, de ahí que haya que tomar a los biógrafos con precaución, cuando proyectan a los orígenes el hábito oficial ya evolucionado, pero tam– bién los que pretenden negar a la Fraternidad primitiva un vestido distinto al de los campesinos que les diferenciara de ellos. La opción por un tipo de vida cristiana más comprometida, como era el caso de los penitentes, ermitaños, grupos pauperísticos, etc., suponía la adop– ción de un vestido que manifestaba su nuevo estado de vida. Si la túnica de Francisco y los suyos no tenía nada que ver con los hábitos de los monjes, tampoco se identificaba, por lo menos en la largura, con la ropa usada por los campesinos. Celano, los Tres Compañeros y san Buenaventura son acordes en afirmar que, al descubrir Francisco su vocación evangélica, se vistió con una túnica pobre, ceñida por una cuerda. 159 Sin embargo, Giano exagera un poco al decir en su Crónica que el hábito, tomado por Francisco en 1209, era el mismo que llevaban los frailes en 1262 (Crónica 2). Celano, en su ejemplarizante Vida segunda, no habla de la forma, pero dice que Francisco en toda su vida no tuvo más ropa que la túnica, la cuerda y los calzones (2 Cel 55), lo cual no es del todo exacto. Los primeros compañeros que llegaban a Francisco para compartir su vida, comparten también su modo de vestir (TC 29; AP 14). Y el mismo santo manifiesta en su Testamento que «se contentaba con una túnica, remendada por dentro y por fuera; con el cordón y los calzones» (Test 16); fundamental– mente lo mismo que dicen las Reglas, Celano (1 Cel 39) y Jacobo de Vitry, quien describe a los Hermanos Menores diciendo que «no usan vestidos de pieles o de lino, sino solamente túnicas de lana con capucho, no añaden capas o palios o cogullas u otra clase de vestidos». 160 La extrañeza con que recibe la gente a los primeros frailes, vestidos con trajes viles y pies descalzos, responde más al parangón que hacen con los otros frailes o monjes que a su originalidad (TC 34), pues ya los predicadores itinerantes 158 Cf. G. DuBY, Los tres órdenes o lo imaginario del feudalismo, Barcelona 1980; J. LE GoFF, Le vocabulaire .. ., 93-123. 159 1 Cel 22; TC 25; Lm 3, 1. 160 J. DE VITRY, «Historia del Oriente», en San Francisco. Escritos ..., 966.

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