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EL CARISMA FRANCISCANO DE ASÍS 237 3. Y, CUMPLIENDO EL AÑO DE PROBACIÓN, SEAN RECIBIDOS A LA OBEDIENCIA, PROMETIENDO GUARDAR SIEMPRE ESTA VIDA Y REGLA. Y DE NINGÚN MODO LES ESTARÁ PERMITIDO SALIR DE ESTA RELIGIÓN, SEGÚN EL MANDATO DEL SEÑOR PAPA; PORQUE, SEGÚN EL SANTO EVANGELIO, NINGUNO QUE PONE LA MANO EN EL ARADO y MIRA ATRÁS ES APTO PARA EL REINO DE DIOS. Y LOS QUE YA HAN PROMETIDO OBEDIENCIA, TENGAN UNA TÚNICA CON CAPUCHA Y OTRA SIN CAPUCHA LOS QUE QUIERAN TENERLA. Y QUIENES ESTÁN APREMIADOS POR LA NECESIDAD PUEDEN LLEVAR CALZADO. Y TODOS LOS HERMANOS VISTAN ROPAS VILES Y PUEDAN, CON LA BENDICIÓN DE DIOS, REMENDARLAS DE SAYAL YDE OTROS RETALES• .AMONESTO Y EXHORTO A TODOS A QUE NO DESPRECIEN NI JUZGUEN A QUIENES VEN QUE SE VISTEN CON PRENDAS MUELLES Y DE COLORES Y QUE TOMAN MANJARES Y BEBIDAS EXQUISITOS; AL CONTRARIO, CADA UNO JÚZGUESE Y DESPRÉCIESE A SÍ MISMO. El año de prueba termina con la profesión o promesa de guardar siempre la Vida y Regla. Sobre el modo de realizarla los autores de entonces no dicen nada debido, tal vez, a que el rito era común a todas las Órdenes. a) La profesión Tradicionalmente existían en la Iglesia latina tres tipos fundamentales de profesión religiosa: la professio super altarem, que, generalmente, se realizaba en el ofertorio de la misa; 15 º la professio in manus, que podía hacerse fuera de un lugar sagrado, 151 y la professio super hostiam, que tenía lugar antes de recibir la comunión. 152 Aunque el Prólogo de la Regla de 1221 dice que «El hermano Francisco y todo aquel que sea cabeza de esta religión, prometa obediencia y reverencia al 15 ° Fue implantada en occidente por la Regla de S. Benito. Expresa el carácter de consagración de la vida religiosa, concebida como una oblación santificada por el altar y radicada en él, y, al mismo tiempo, la relación con la acción eucarística. L. DE AsPURZ, El rito de la Profesión, 178. 151 Se difundió en,el siglo XII y dice relación al simbolismo propio del contrato feudal. La utilizan las Ordenes religiosas mendicantes que traen su origen en la Edad Media. El rito pone de relieve la entrega personal consistente en el abandono a la protección divina. Ibid. 179. 152 Parece traer su origen simbólico el juramento corriente en algunas Órdenes militares y muy enraizado en la tradición española. Ibid. 179.

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