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EL CARISMA FRANCISCANO DE ASÍS 235 2. DESPUÉS, CONCÉDAN1,ES LAS PRENDAS DEL TIEMPO DE LA PROBACIÓN; O SEA: DOS TÚNICAS SIN CAPUCHA, Y CORDÓN, Y CALZONES, Y CAPOTILLO HASTA EL CORDÓN; A NO SER QUE A LOS MISMOS MINISTROS LES PAREZCA ALGUNA VEZ OTRA COSA SEGÚN Dros. La vestición del hábito determina el comienzo del año de noviciado. 144 Su introducción en la Orden fue sólo en 1220, y los hechos que motivaron esta determinación papal fue la crisis que conmovió a la Fraternidad durante la permanencia de Francisco en Oriente. Hasta entonces se entraba directamente en la Orden mediante la imposición del hábito. Esta costumbre no era nueva, pues en los orígenes del monacato, el mero hecho de entregarle al postulante el hábito monástico significaba que hacía profesión de monje; así ocurrió con el mismo san Benito. San Pacomio exige ya un tiempo de prueba antes de la imposición del hábito. San Basilio añadió al acto material la profesión oral. La regla de san Benito propone el tiempo de prueba, la imposición del hábito y la profesión oral. 145 El excesivo crecimiento de la Fraternidad, sin ningún tipo de control formativo, trajo una serie de inconvenientes que no pasaban desapercibidos a los observadores extraños a la Orden. Jacobo de Vitry, a pesar de la simpatía con que miraba al nuevo Movimiento, escribía en 1220: «Debo añadir, con todo, que, a mi juicio, esta Orden incurre en un serio peligro, porque envía a través del mundo de dos en dos, no solamente a los religiosos ya formados, sino también a los jóvenes todavía imperfectamente formados, quienes más bien debieran ser probados y sometidos durante algún tiempo a la disciplina conventual.» 146 La petición de ayuda a la Curia, por parte de Francisco, para organizar la revuelta Fraternidad y la oportunidad del Papa para exigir cierto control, trajeron como consecuencia la bula de Honorio III Cum secundum consiliurn, en la que dice: «Por consiguiente, por la autoridad de las presentes cartas prohibí- 144 Aunque las Reglas no dicen nada sobre el rito seguido en la vestición, hay indicios de que al comienzo del noviciado había un gesto simbólico que expresaba, de algún modo, la nueva relación del candidato con la Fraternidad. Posiblemente se trataba de un compromiso serio de pertenecer a la Fraternidad realizado «en las manos del ministro». Así parece deducirse de un documpnto pontificio de 1220 en favor de un clérigo de Constantinopla acusado de que «había profesado en la Orden de los Herma– nos Menores», y que, para conocer la verdad, el Papa se había informado del Ministro provincial «en cuyas manos había hecho la profesión». Cf. L. DE AsPlJRJ:, El rito de la Profesión, 188 ss. 14 s (_~f. La Regla de S. Benito, 163 ss. 146 S. Francisco de Asís. Escritos ..., 964.

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