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278 RUFINO M. GRÁNDEZ RECTOR DEL COLEGIO INTERNACIONAL (1965-1970) El padre Lázaro era llamado a Roma como rector del Colegio tras el estudio que el definitorio general había hecho de la situación del Colegio según se desprendía del informe presentado por el visitador general, padre Clemente de Santa María in Punta. Laudable el servicio de trece años del padre Buenaventura de Andermatt, pero era necesario un cambio. Estamos en los críticos años en que se gestan las nuevas Constituciones de la Orden (1964- 1968). Al entrar en el Colegio pronto comenzaron los nuevos cambios que los tiempos imponían, por ejemplo, la Misa concelebrada, chándal para el depor– te... Era el comienzo de un giro irreversible; luego vendría la facultad de desprenderse del hábito, lo que daba una figura bien distinta del clásico porte del capuchino. El padre Lázaro tuvo la sencilla idea, sencilla y transcendental, de crear desde el principio en el Colegio el Seminarium de re franciscana, que exis– tió durante los cinco años de su rectorado. Este Seminario editó un boletín --veinte números, cuatro por año- donde se dio cuenta de los estudios que allí se hicieron. Creemos que aquí se fraguó el primer comentario a las nuevas Constituciones (1968), matriz de la obra que lleva por título: I Cappuccini si rinnovano. Riflessioni sulle nuove Costituzioni {1970). Posteriormente publicaría Le Costituzioni cappuccinc rimwvate (1978). En estos primeros años de Roma maduró la obra Vocación franciscana (1971), que es el segundo título de fama internacional del padre Lázaro, después del Manual de Historia Franciscalla, antes mencionado. Vocación franciscana fue el manual de espiritualidad, y aparte de las lenguas europeas ha ido al coreano, al indonesio y al japonés. Hoy puede uno pensar que el padre Lázaro desde Roma ha sido misionero de otra manera. Dejemos constancia de que durante el rectorado del padre Lázaro se llevó a cabo un proyecto ya en trance de ejecución anteriormente, la construcción de la nueva sede del Colegio en el «raccordo annulare» o carretera de circunvala– ción de Roma y el paso del viejo al nuevo Colegio. Pero este hecho en sí es secundario frente a la labor orientadora y educativa del padre Lázaro. PENSADOR AL SERVICIO DE LA ÜRDEN Estar al frente del Colegio Internacional como timonel de la formación de muchos jóvenes que luego iban a asumir puestos de responsabilidad en las provincias era ya un servicio general de amplia onda. Esto se vio reforzado por

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