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ENRIQUE RIVERA, OFM.Cap. «DIOS PRESENTE EN SAN FRANCISCO» INTERPRETACIÓN ONTOLÓGICA DE L. LAVELLE «Dios presente en San Francisco»: Interpretación ontológica de Louis Lavelle, en Naturaleza y Gracia 27 (1980) 293-321. M. F. Sciacca afirma que Louis Lavelle es el mayor metafísico francés de los últimos treinta años. 1 Más que lo ponderado de la comparación, siem– pre discutible, interesa recoger el aspecto positivo de la misma, es decir, la valía excepcional del pensamiento ontológico de L. Lavelle. Todavía nos agrada más el que le llame «filosofo ex veritate, uomo ex corde». Fue, en efecto, Lavelle un pensador que puso el hito de su mente en la verdad. Pero al mismo tiempo fue un hombre en el sentido pleno del vocablo. Como tal sintió los escozores inquietantes que preocuparon a sus contemporáneos y buscó lenitivos para los mismos. Con otros grandes pensadores de su momento histórico juzgó que una visión metafísica de la existencia humana podía dar ese lenitivo deseado. De aquí la vuelta de estos pensadores a una alta metafísica, aunque lo hayan hecho por caminos distintos. Los nombres de Bergson, Blondel y Laberthoniere, por referirme tan sólo a pensadores del ambiente de Lavelle y que él estudia en su obra La philosophie fran– <;aise entre les deux guerres,2 hablan muy alto de esa preocupación por el saber trascendente y ontológico. A todos estos pensadores acuciaba el deseo de superar la mezquina filosofía del empirismo-positivismo y del feno– menismo idealista entonces vigentes. Con este fin L. Lavelle se aúna con R. Le Sennc para crear un movimiento al que apellidaron «Philosophie de !'esprit». Su programa consistía, no en hacer triunfar una doctrina deter– minada cuanto en servir a una filosofía en la que se pudiera respirar el aire puro del espíritu. Recordando la célebre frase del poeta-pensador R. Tagore, afirma Lavelle que la alteza de una civilización no se mide por sus éxitos científicos sino por la pureza moral de las intenciones en la conciencia de los individuos y de los pueblos. 3 Esta cita nos revela la más honda preocupación de Lavelle al elaborar su pensada ontología. Esta es tanto una respuesta a los interrogantes últi– mos cuanto la búsqueda de un apoyo inquebrantable para el obrar ético. Para Lavelle el hombre es ante todo un ser moral que alcanza su plenitud 1 La filosofia, oggi, vol. II, Milán 1963, 5.' ed., 366. ' La philosophie, París 1942. 3 o. c., 265.

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