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EL CARISMA FRANCISCANO DE ASÍS 23 zaban, tal vez por una reacción normal, por una lectura radical del Evangelio que les llevaba a vivir el compromiso cristiano desde un tipo de pobreza contestataria que excluía todo uso de dinero como medio de posesión e, incluso, de subsistencia. 1. MANDO FIRMEMENTE A TODOS LOS HERMANOS QUE DE NINGÚN MODO RECIBAN DINERO O PECUNIA NI POR SÍ MISMOS NI POR INTERMEDIARIOS. Este mismo rechazo del dinero es también una constante del ideal pauperístico de Francisco. Lo que habrá que preguntarse es cuáles fueron los motivos de fondo que le empujaron a tomar esta decisión, más bien tradicio– nal, en una época de movilidad social y de progresivo afianzamiento de una economía monetaria, una de las respuestas podría ser su condición de conver– tido. El cambio sicológico que le hace alterar el esquema de valores, expresado en los términos simbólicos de amargo y dulce, explicaría esta aversión por el dinero como forma de asegurar los medios de subsistencia para la Fraternidad, siendo así que ese mismo dinero había constituido un valor esencial en su vida familiar. 225 Ante esa decisión de Francisco por hacer propias las reivindicaciones pauperísticas de unos grupos que, mirando hacia el pasado, habían optado por seguir manteniendo una tipología de Cristo y los Apóstoles que no correspondía a la nueva situación social, cabe la tentación de pensar que Francisco, al prohibir el dinero como forma de subsistencia, se unió al carro del retraso histórico que llevaba la Iglesia en relación a las nuevas formas de vida ciudadana, siendo así que la Fraternidad la había adoptado como lugar preferente de su actividad. 226 El miedo a la capitalización que se suele aducir como justificante de esta actitud de vivir sin dinero es, desde luego, poco convincente; pues la negativa a recibirlo cuando, por otra parte, se equipara la Fraternidad con los otros pobres (1 R 2, 7) indica que el motivo de prescindir del dinero no es el miedo a la capitali– zación -ningún pobre se había hecho rico con las limosnas en metálico- sino la coherencia de la «forma del santo Evangelio» adoptada. 227 La noticia de los Tres Compañeros de que «en todas las Reglas recomendó principalmente la pobreza y que fueran muy diligentes sus hermanos en 225 Sobre la situación familiar de Francisco cf. S. DA CAMPAGNOLA, La porverta nelle «Regulae», p. 238; G. MIRA, «Aspeti di vita economica nell'Assisi di san Francesco», en Assisi al tempo di S. Francesco, p. 156 s. 226 Cf. S. DA CAMPAGNOLA, La poverta nelle «Regulae», p. 237; G. MIRA, Aspeti di vita economica, p. 172. 227 Cf. L. DE AsPuRZ, «La "Altísima pobreza" franciscana», en Est.Fran. 68 (1967) 26.

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