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30 JULIOMICÓ laico que adopta el trabajo manual asalariado como un elemento integrante de su opción evangélica. 247 Desconocemos si en el «Propositum» presentado al Papa en 1210 había ya alguna disposición sobre el trabajo. 248 Lo cierto es que en la Regla de 1221 existen indicios que hacen suponer una larga experiencia laboral ya desde los primeros tiempos. El capítulo VII comienza alertando a los frailes para que no tomen cargos o responsabilidades que pongan en peligro la minoridad, lo cual es una muestra de que existía ya una experiencia negativa respecto a estos cargos, hasta el punto de obligar a Francisco a precaver a los hermanos para que no se volviera a caer en lo mismo. De todos modos, y a pesar de encuadrarse dentro del marco idílico de los orígenes, las fuentes avalan esta suposición de que la actividad laboral formaba parte del programa de vida de la primitiva Fraternidad (1 Cel 39; TC 41). 1. AQUELLOS HERMANOS A QUIENES HA DADO EL SEÑOR LA GRACIA DEL TRABAJO, TRABAJEN FIEL Y DEVOTAMENTE, DE FORMA TAL QUE, EVITANDO EL OCIO, QUE ES ENEMIGO DEL ALMA, NO APAGUEN EL ESPÍRITU DE LA SANTA ORACIÓN Y DEVOCIÓN, A CUYO SERVICIO DEBEN ESTAR LAS DEMÁS COSAS TEMPORALES Francisco concibe el trabajo manual como una gracia que forma parte de ese otro don más grande concedido también por el Señor: la «forma del santo Evangelio». 249 Después que el Padre se nos dio en la creación haciéndonos a su imagen y semejanza y entregándonos a su Hijo para que fuéramos salvos por Él (2CtaF 11); después que tanto bien nos ha comunicado, hasta entregarse enteramente a nosotros por medio de su Hijo a fin de que sigamos sus huellas y podamos llegar hasta Él (1 R 23, 1; 2CtaF 11; CtaO 29), toda posibilidad de respuesta dentro de esta «forma de vida» es un don y una gracia que no nos podemos apropiar como si naciera de nuestras propias raíces. Aunque Francis– co no llegó a esa espiritualidad basada en una teología del trabajo tal como la tenemos hoy, intuyó y experimentó que toda actividad que nos lleva a la alabanza responsiva de un Dios «que nos ha hecho y nos hace todo bien» (1 R 23, 8) no puede ser entendida más que como una gracia del Señor. Sin embargo es curioso que, siendo el trabajo una gracia integrante de la «forma del santo Evangelio» que la Fraternidad asumió como opción, no se 247 Sobre el concepto medieval de trabajo cf. M. A. DE ESPINAL, Noción de obra servil en orden al descanso dominical, Granada 1962, 29 ss.; P. BERTINATO, Il concetto di «lavara» nella Regala francescana, Venezia 1964. 248 Las reconstrucciones que se han hecho del «Propositum» de 1210 son meras suposiones, puesto que no hay datos que las avalen. Cf. nota 14. 249 Cf. P. BERTINATO, «Il lavoro come "grazia" e come "lode"», en Vit.Min. 50 (1979) 221-231. 1 i 1

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