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ADMIRANDA HISTORIA SERAPHICA 103 estaba reservado al "Poverello" de Asís. Ya demostrada con creces su acendra– da humildad, no podía olvidarse del precepto de la pobreza que demostró a sus compañeros, pidiendo limosna de casa en casa y realizando con sus propias manos las sencillas viviendas donde morarían. Qué decir de la piedad del Padre Seráfico patentizada en la capilla del lateral izquierdo de la estampa, muy apa– rente a tenor de la clásica impronta renacentista del frontis fundamentada en columnas jónicas pareadas, entablamento con bucráneos y remate abalaustrado. En su interior, la elevación del Sacramento durante la misa por parte del sacer– dote sirve a san Francisco para adoctrinar a la oveja que la comunidad había acogido en la Porciúncula. Tales aspectos se resumen en el cuadro aclaratorio: Figura quinta, al cap. sesto A: Frate Bernardo, ancor che gliene spiaccia, Solo per ubidir al Padre santo, Co i pie gli calca la gola, e la faccia. B: O di grande humiltade grande indicio: Vuol esser nudo, come scelerato Con corda tratto al luogo del supplicio. C: A lui d'humilta tanto segnalato, Dunque ben par che per divin giudicio, Piu alto seggio in Ciel Ji sia serbato. S. Bonaventura Cap. 6 D: Strugge de'Frati i sontuosi tetti. E: Va accattando per Dio di porta in porta. F: La pecorella riverente ancora S'inchina al Sacramento, e Christo adora. S. Bonaventura Cap. 7 & 8 La ilustración sexta, integrada en el capítulo X, redunda en la temática de la cuarta para poner de relieve otras de las numerosas virtudes de san Francisco, a saber, la oración, el estudio y la penitencia [Fig. 6]. Contextualizado en un fron– doso bosque y junto a escarpadas montañas, la acción del primer plano conjuga dos de los episodios narrados anteriormente. Francisco aparece semidesnudo, tendido sobre una zarza, en aras de mitigar la tentación de lascivia que transmi– te el demonio, con forma humana, cola y cuernos de cabra y garras de rapaz. Los pictogramas sucesivos reinciden en el tema del tormento proporcionado por el diablo y, así, a la azotaina que recibe mientras duerme en su celda - re– presentada como una pequeña y humilde casa - se suma el hostigamiento en la cumbre del monte Alverna, de donde intenta expulsarlo para que deje de alabar a Dios y mortificar su cuerpo. Dentro del recinto sagrado iba a ser el Padre Se-

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