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ADJ\URANDA HISTORIA SERAPHICA 97 El personaje principal, de acusado naturalismo, acertadas proporciones y detallismo en su hábito, suele dar paso en un segundo plano a escenas abigarra– das - de individuos gesticulantes - que se desarrollan en espacios abiertos, o bien, en casas cubiertas a dos aguas y desprotegidas en sus muros para facilitar el discurso de la visión, utilizando siempre la perspectiva lineal. Siguiendo la tónica de la estampa religiosa - jesuítica en particular - característica de la Reforma Católica, la yuxtaposición, un tanto abigarrada, de acciones y situacio– nes y, en consecuencia, su dificultosa identificación se remedia con la asignación de letras mayúsculas, especificadas con su leyenda en un cuadro alternativo. De este modo, se ambienta el área circundante sin someterse a un emplazamiento fijo y se consigue una perfecta fusión entre el texto y los elementos visuales 21 • Las estampas se enmarcan todas con una sencilla cenefa, donde se repiten moti– vos geométricos jalonados de esquemáticos elementos vegetales, sólo interrum– pido en la parte superior con la cartela que encierra el número correspondiente. Mucho más sin¡.,rular resulta el hecho de que los grabados no correspondan en su totalidad a las fuentes del libro donde se incluyen. En efecto, los recuadros explicativos de las estampas revelan el hecho de que algunas de las escenas se toman de la obra a la que pertenecen, mientras c¡ue otras tantas se extraen del Libro de las Conformidades de San Prancisco_y Cristo escrito por Bartolomé de Pisa 22 • Esto demuestra una vez más, que esta selección de grabados están retomados de la serie completa sobre la vida de san Francisco ejecutada por Felipe Galle y César Capranica, pese a que en ocasiones demuestra más soltura en la compo– sición que los mismos modelos. Podría decirse incluso que estaría más cercano a las estampas de Capranica. La prueba la encontramos en la Fig. 4 donde Francisco ofrece su conformidad para la fundación de la Orden. En el rompi– miento de gloria de la parte superior izquierda se muestra a Francisco de ro– dillas ante el Padre Eterno, una escena considereda como poco decorosa y que el mismo Felipe Galle había cambiado de la edición de 1587. Sin embargo, Ca– pranica fue el único que la conservó sirviendo de base a las estampas poste– riores de Giacomo Franco. 21 A. Rodríguez Gutiérrez De Ceballos, Las imá,genes de la Historia Evangélica del P. Jerónimo Nada! en el marco deljesuitismo y la Contnmefrmna, en Tmza y Bazp nº 5, Barcelona, Universidad, 1974, 77-95; J. Sánchez López, Devotio moclema, dmmat!trg/a procesional e inventiva barroca. Elpaso de la Pttente del Cedrón, en Baetica nº 28, Málaga 2006, 195-229, y El alma de la maclem. Cinco s{glos de Iconografía J' Esmltura procesional en lvlá!a¡_ll,a, Málaga 1996, 79-80. 22 Bartholomaeus de Pisa, JiherAt11'1?11s Inscriptt1s. Liher conjimnitatum vitae Beati ac Seraphici Patris Fm11cisci ad vita111 Ies11 Christi Dotnini Nostri, Bolonia, Alexandrum Benatium, 1590.

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