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LOS CAPUCHINOS CASTELLANOS EN LA EVANGELIZACIÓN DE AMÉRICA 481 las dificultades del régimen castrista, después de haber sido realzada. Las residencias de Jesús de Miramar y de Santo Cristo se encuentro también en La Habana. Aún residen allá algunos hermanos. Permanecer es su me– jor trabajo y su mayor mérito. En Santa Clara nos hicimos cargo de la Pa– rroquia de la Divina Pastora. Desde aquí se atendía también Santa Cruz y Santa Ana. Se mejoraron los edificios. La Revolución expulsó a los frailes y la parroquia volvió al obispado. Custodia de Venezuela y Custodia de Cuba, 1955-1970 Las casas de Cuba se han multiplicado lo suficiente como para formar una Custodia aparte de la de Venezuela. Ambas son dependientes de Cas– tilla. En la de de Cuba sobreviene la Revolución Castrista en la que logran sobrevivir unos pocos religiosos. Los demás son expulsados. La Orden se pasma. Nuestra presencia allá está reducida a la mínima expresión, con la esperanza de volver a florecer. Durante años unas chivas ayudan a paliar la penuria de los dos frailes. Uno muere de improviso a los ochenta años. Apenas unos meses que se han podido enviar dos religiosos. En cambio, enVenezuela, la Orden crece pujante durante este período. Se superan las dificultades financieras provocadas por el cambio de régi– men político y se abren dos nuevas casas: Sagrado Corazón en Bolívar y San Antonio en Macaracuay, Estado Miranda. La primera nace de la ne– cesidad que tiene de ella las misiones del Carona en la ciudad en que se avituallan y equipan. Durante 9 años los frailes viven en un piso y ejercen el culto en una capilla cerca del puerto, hasta que se logra construir la resi– dencia y la iglesia que es parroquia. Tuvo colegio parroquial y el famoso Club de Limpiabotas. Actualmente se dan clases a chicas de servicio y se presta asistencia médica gratuita. Se atienden varias capellanías, la Cárcel y el Hospital. Reducido el "Convento" de Maracaibo a monumento colonial, se pien– sa en una nueva fundación más dinámica y popular. Se construye la iglesia bajo el título de San Judas que se atiende desde el "Convento". Más tarde, la residencia con su pequeña fraternidad. Es parroquia y sirve lo mismo que el "Convento" de casa de acogida de los misioneros de Guajira-Perijá. Al incrementarse en la Custodia las actividades docentes y de investi– gación pastoral, se pensó en una casa libre de responsabilidades parro– quiales. Primero se vive en una casa alquilada. Tres años después se inau– guran residencia y templo como casa de formación. Por traslado de estos servicios, la residencia se transforma en Colegio de 600 alumnos de clase media. Los religiosos son sus responsables; atienden social y pastoralmen– te a barrios próximos, a capellanías de colegios, a religiosas y al Hospital de San Juan de Dios. Este año nuestra iglesia es elevada a parroquia con unos
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