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474 JULIO LAVANDERO PÉREZ tan a la sublevación. Entonces el Gobernador impartió la orden de que los frailes se retiraran a Panamá, que atendieron espiritualmente junto con Cartagena. Como la situación jurídica era irregular, terminaron por regre– sar a la Provincia. De esta forma los Castellanos iniciaron las Misiones Capuchinas en América sin lograr consolidad sus intentos. En la Misión del Darién traba– jaron 20 religiosos entre los que llegaron en expediciones y los proceden– tes de las Misiones de África. Fracasados estos intentos, Castilla aseguró su presencia enAmérica permitiendo a sus religiosos que se integraran en las Misiones de las Provincias hermanas. El P. Torrecilla afirma que frailes cas– tellanos había "otros muchos en las Misiones de Cunamá y Caracas". Te– nemos noticias de los siguientes: PP.Agustín de Villaváñez y José de Náje– ra, junto con fr. Cipriano de Madrid, procede de Arda. Fundan dos pueblos: Nuestra Señora del Pilar y San Juan Bautista. El P. José que ya ha– bía estudiado lenguas en Arda, compone aquí unos Vocabularios y una Gramática en lengua chaima y core. Se conocen igualmente el nombre de otros religiosos castellanos en Cunamá. Losaos ya nombrados son destinados a la Misión de Los Llanos para reducir a gramática la lengua de los gallones. El P. Villaváñez funda el pue– blo de Cerrito de Santa Rosa, donde consume su vida. El P. Nájera regresa enfermo a España y publica "Itinerario Místico". Repuesto, vuelve a Los Llanos, funda San Antonio de Araure y allí muere. Por su parte, el P. Miguel de Madrid, procedente del Darién, funda en– tre los gallones San Juan Bautista de Duaca, importante pueblo actual, donde murió envenenado por un matrimonio indígena a quienes había sal– vado de la horca con la esperanza de regenerarlos. Posteriormente llegan los PP. Bernardino de la Puebla, que muere de fiebres y Nicolás de Madrid que regresa a los diez años agotado por la enfermedad. El P. Leonardo de Villafranca, destinado a la conversión de los caribes, muere ahogado atra– vesando el Orinoco. De fiebres muere el P. Bernardino de Madrid. El P. Marcelino de San Vicente es el más destacado de nuestros misioneros en Los Llanos. Al año de su llegada es elegido Prefecto. Va a la Corte con 16 Memoriales y logra unas 30 cláusulas para la buena administración y go– bierno. Realizó entradas heroicas con las que fundó unos 10 pueblos, entre ellos Todos los Santos de Calabozo, hoy capital de Estado. Defendió a los indios ante el Cabildo de Barquisimeto y a los misioneros ante las autori– dades civiles. Murió a los 90 años en San Francisco Javier, pueblo por él fundado y modelo de organización misional. Se conocen igualmente el nombre de otros castellanos en los Llanos. Encontramos al P. Hilarión de Toledo en la Misión de Maracaibo que consigue extender hasta Santa Marta y Río Hacha, venciendo las resisten– cias de los Cabildos respectivos. Y al P. Pedro de Alcanzas quien muere en Río Hacha luego de muchos años de misión.

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