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MISIÓN DE LOS CAPUCHINOS ANDALUCES EN VENEZUELA 439 Meta 13. Las misiones limítrofes eran: Por el O, las de los dominicos; por el E y S, la de los franciscanos; por el S, las de los jesuitas. El 17 de octubre de 1761 el Comandante General del Alto Orinoco y Río Negro, D. José Iturriaga*, expuso al Rey la falta de sacerdotes en los pueblos españoles e indios de su territorio. Por R.O de 2 de noviembre de 1762 se dispuso que el Prefecto de los capuchinos de Caracas enviase seis o siete misioneros a dichos territorios. El nuevo territorio asignado a los capuchinos estaba muy alejado de la Provincia de Caracas, mediando entre ambos la zona donde habían misio– nado los jesuitas. Esta R.O. se puso en ejecución en 1764, siendo entonces Prefecto fr. Fernando de Ardales, quien no logró reunir, ni siquiera a golpe de autoridad, el número de religiosos requeridos. La R.C. de 29 de agosto de 1772 establece que los misioneros capuchinos del Orinoco pasen a la reducción de indios en el Meta y se incorporen así a la provincia de Caracas. Ocho años había durado este conflictivo campo mi– sional, en el que las enfermedades, las persecuciones del Comandante Ma– nuel Centurión 14 , sucesor de Iturriaga, e incluso la incomprensión de sus hermanos misioneros de Caracas, pusieron a prueba el recio temple de los misioneros allí destacados. 3. Los Indios: cultura, creencias, carácter y forma de vida De los indios que poblaban el territorio misional, disponemos de autori– zados relatos o informes de los misioneros, quienes describen su carácter, for– ma de vida, etc. No nos es posible extendernos excesivamente en este punto, con ser tan interesante; sólo entresacamos aquí algunos datos que nos sirvan para evaluar los esfuerzos y dificultades a que hubieran de hacer frente nues– tros antiguos padres en la fundación de nuevas poblaciones 15 • 13. BUENAVENTURA DE CARROCERA, Misión de los capuchinos en Cunamá, Ca– racas, 1968, p. XV-XVI. * Falleció en Pampatar, Isla Margarita, el 14 de septiembre de 1767. 14. Manuel Centurión, gobernador de Guayana (1766-1176), fue uno de los grandes cau– dillos de la raza, tipo acabado de antiguo conquistador. Sueña con el Dorado y envía dos ex– pediciones al lago Perimé, que si fueron desgraciadas, lograron al menos pacificar algunas tri– bus indígenas. En un aspecto más práctico, Centurión lleva a cabo un plan de colonización civil y el pro– yecto de expulsar definitivamente a los holandeses. Fundó Barceloneta (1770) y después en 1771 las villas de Borbón y Carolina y los pueblos de Orocopiche, Maruanta y Buenavista. (Cfr. A. BALLESTEROS Y BERETTA, Historia de E~paña y su influencia en la Historia Universal, Barcelona, Salvat, 1929, t. V, pp. 410-411). Centurión fue un militar duro, cruel y ávido de mantener su cargo y su autoridad. Hizo cuanto pudo para que los misioneros capu– chinos, dentro de su territorio, sucumbieran o se marcharan. 15. En este apartado nos serviremos del testimonio de tres misioneros pertenecientes a distintas épocas: Ildefonso de Zaragoza en 1690 (APCA 2-2-21/2, pp. 320-337), Miguel de Oli-

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