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460 ALBERTO GONZÁLEZ CABALLERO Finalmente hemos de advertir que misioneros procedentes de otras pro– vincias colaboraron temporalmente con 'los andaluces en la Misión de Vene– zuela. La razón de no incluirlos en la nómina de los mismos es que no figuran en el censo oficial de la Provincia. Tal ocurre, entre otros, con Francisco de Ja– ca103, Juan Ángel de Cascante 1 04y Miguel de Valdepeñas 1 os. 10. Fin de las antiguas Misiones de Venezuela Durante más de siglo y medio habían permanecido los misioneros capu– chinos en tierras venezolanas entregados a la tarea de reducir, evangelizar y civilizar indios, cuyo número sobrepasan los 20.000. Durante este período fundaron-como dejamos dicho- 92 pueblos de indios, demás de incremen– tar y cuidar pastoralmente otros 48. También dejamos dicho que trabajaron allí un total de 187 religiosos, la mayoría de los cuales llegaron en expedi– ciones colectivas, como se refleja en el cuadro precedente. La última de esas expediciones, compuesta por 11 religiosos, salió del puerto de Cádiz el 3 de marzo de 1795, y llegaron al puerto de la Guaira el 13 de abril del mismo año 106 • La despedida de estos misioneros estuvo solemnizada por el Beato Diego J. de Cádiz con un sermón que fue editado más tarde 107 . Siete de esos misioneros apenas acababan de salir del período de formación y uno de ellos aún no había terminado los estudios10s. Todo esto nos está indicando el ingente esfuerzo que realizó la Provincia capuchina de Andalucía para sostener durante 162 años tan vasto campo 103. Francisco de Jaca, después de haber trabajado durante un tiempo en los Llanos, vol– vió a su provincia de origen, según la Relación de Gregorio de Benaocaz (APCA 5-5-5/1, p. 3). En 1667 pasó, junto con 4 religiosos más, de Cunamá a la fundación de la Misión de Trini– dad (Cfr. RIONEGRO, ob. Cit., p. 158). El Comisario General, fr. Cristóbal de Málaga, pre– sentaba el 17 de junio de 1678 una lista de 5 religiosos destinados a la misión de Cunamá y Caracas. En dicha lista figuraba Francisco de Jaca. 104. Juan Ángel de Cascante era misionero en Cunamá, donde llegó en 1715. En 1720 ac– tuó como Procurador de las misiones de Caracas. Entabló pleito contra Pedro Franco de Le– mos, smdico de las misiones y vecino de San Carlos, por haberse puesto a favor del nuevo cu– ra de dicha villa, entregándole sin permiso del Prefecto una imagen de la Purísima Concepción depositada en su casa. La imagen fue colocada en la iglesia de dicha villa, contra derecho. 105. Miguel de Valdepeñas era hermano lego y durante un tiempo trabajó en los Llanos. Según la mencionada Relación del p. Benaocaz, volvió a España y falleció en Sevilla en 1767. 106. Cfr. SERAFÍN DE AUSEJO, Reseña Bibliográfica de las obras impresas del Beato Diego José de Cádiz, Madrid, INLE, 1947, p. 173, nº 136. Por cierto, la fecha que figura en la protada de este opúsculo está equivocada: 28 de abril de 1796. Por la correspondencia del Beato, además, sabemos que en todo el año 1796 no estuvo fr. Diego ni una sola vez en Cádiz. 107. AGI, Juzgado de Arribada, 966 (136-1-8). Copia en APCA 2-2-22/2, p. 653. 108. Carta de Salvador de Cazalla al arzobispo, 18 de septiembre de 1805. Copia en AP– CA 2-2-22/2, p. 730.

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