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LOS CAPUCHINOS VALENCIANOS Y SU OBRA EN HISPANOAMÉRICA 435 un noviciado o filosofado. Se intentaron ambas cosas (1967-69), siendo el alma de las mismas el padre Ladislao de Totana. Años después (1980), el noviciado se establecería en la población sa– banera de Tabio, con muy buenos resultados. 12. Viceprovincia de Bogotá y Provincia de Colombia Con el incremento de los religiosos colombianos, a lo que, en definitiva, aspiraba la provincia de Valencia, y con el hecho consumado de la desa– parición de la misión valenciana del Vicariato de Valledupar y su trans– formación en diócesis, los superiores de Roma y de Valencia, con el con– sentimiento de los de Bogotá, decidieron que las distintas entidades capuchino-valencianas en Colombia se unificaran, viniendo a formar una Viceprovincia con un solo superior mayor. Esto se llevó a cabo en 1970. Fue primer viceprovincial el padre Joaquín de Guadasuar (Manuel Osca Pellicer) y el primer colombiano en ocupar dicho cargo, el padre Ricardo Pineda (1979), exalumno del seminario de La Caro. La Viceprovincia de Bogotá, hija predilecta de la Provincia de Valen– cia, fue progresando y madurando, hasta que, llegado el momento oportu– no, vino a convertirse en Provincia, con la fusión, por disposición del Rvmo. P. Flavio Roberto Carraro, de las cuatro entidades capuchinas exis– tentes en Colombia, que tenían sus respectivas sedes centrales en Bogotá, Pasto, Riohacha y Leticia, en una sola Provincia, a saber, la de la Divina Pastora de Bogotá, que se inauguró en 1986, siendo su primer provincial el colombiano padre Jorge Arcila, otro de los que iniciaran su formación en el seminario de La Caro y lo completaran en España, y el segundo, tam– bién resultado de formación similar, el padre Alfonso Miranda (1988). A partir de 1990 esta jurisdicción es conocida como Provincia Capuchina de Colombia, en la cual siguen colaborando varios capuchinos valencianos, entre otras razones, para que tan larga y meritoria historia no quede rele– gada a las páginas amarillas de polvorientos archivos, sino que sea una pre– sencia y recuerdo perdurables. 13. Volver a empezar La Provincia capuchina de Valencia ha vuelto a empezar el periplo his– tórico, iniciado tres siglos atrás. Habiendo salido de sí misma, ha montado en la rueda de la historia y ha establecido, al igual que en el siglo xvn, una misión en África, en la Guinea, tanto o más difícil que las que tuvo de épo– cas remotas. Entonces África fue el puente que condujo a nuestros herma– nos a América. ¿Será también hoy día este paso inicial, aunque ya firme, en