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402 VICENTE REYNAL "Portugal se levantó contra Castilla y principiarse la guerra, que duró mu– chos años, "dice el cronista antiguo de la Provincia de Valencia" 1 . Estos repetidos intentos habían levantado el ánimo y las expectativas de los capuchinos españoles e intensificado su interés por llevar a cabo propósitos tan nobles, a la vez que calibrado su temple. Con la experiencia adquirida, en el capítulo generalicio de Roma de 1643 se volvió a tratar el tema de la misión al Congo, pues persistían los propósitos tanto de las au– toridades de este país como de los religiosos. Se dispuso en esa ocasión el que se despachara la instancia a través del rey de España, Felipe IV, y el que se encargaran de organizar la expedición dos capuchinos de reconocida fa– ma y valimiento, el padre Miguel de Sessa y fray Francisco de Pamplona. Éste, según relata el mencionado "Libro de Crónicas de la Provincia de Valencia", tomó a su cargo el havío de la Misión, en que trabajó muchísi– mo y en otras [misiones] que después se destinaron para varios países 2 • La misión quedó integrada de cinco religiosos italianos y de siete españoles, representantes éstos de las provincias de Aragón, Castilla, Andalucía y Va– lencia. De ésta fue seleccionado el padre Ángel de Valencia. Todos ellos zarparon de Cádiz el 20 de enero de 1645 y de Sanlúcar de Barrameda, el 4 de febrero, llegando al Congo el 25 de mayo. Una vez establecida la misión en dicha región, volvió a España fray Francisco en solicitud de nuevos misioneros y obtuvo catorce, entre ellos, dos valencianos, los padres Gabriel de Valencia y Antonio de Teruel. Este último, además de consagrado misionero, fue un investigador y filólogo de cierta importancia, pues desde que llegó a su destino, se interesó en apren– der la lengua de los nativos del Congo y llegó a escribir un vocabulario de varios de ellos, un catecismo y un sermonario, libros que fueron de mucha utilidad tanto para él como para otros misioneros 3 • El padre Ángel de Valencia sobresalió, por su parte, en el campo diplo– mático, pues fue elegido por el rey del Congo, don García Alfonso II, emba– jador suyo ante la Santa Sede, en la época que reinaba el papa Inocencio X, en cuya labor se desempeñó con suma eficacia, según las crónicas de la época. Los superiores de la provincia de Valencia, mientras tanto, proseguían en su empeño, de tener una misión propia aparte, a pesar de su buena vo– luntad y esfuerzo en colaborar en las causas comunes con las otras pro– vincias. La misión les llegó por esas mismas fechas, en concreto, en 1645, cuando se les concedió la región de Benín o Guinea. En esta concesión ha- l. "Segunda parte de las Crónicas de los Capuchinos de Valencia", por el P. José de Ali– cante, v. II, f. 166. 2. L. c., f.166. 3. "Memorias Históricas de la Misión que nuestra Provincia de la Sangre de Cristo tiene en Indias". Manuscrito que se conserva en el Archivo de Capuchinos de la Provincia de Va– lencia (APCV) y que es del año 177.4.

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