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LOS CAPUCHINOS VALENCIANOS Y SU OBRA EN HISPANOAMÉRICA 417 distritos o colegios de Tunja, Mompox, Pamplona, Cartagena, Honda y la misma Santafé. Para esta ingente labor hacían falta más misioneros y con este fin la provincia de Valencia destinaba dieciocho de sus mejores religio– sos. Éstos de la La Coruña en 1778, hicieron escala en Puerto Rico, donde predicaron una misión general y arribaron a Cartagena y de aquí pasaron de inmediato a Santafé. Iban ahora dirigidos por el P. Antonio de Muro, co– mo visitador general y entre ellos estaba el mismo padre Pamplona, como simple procurador, pero duraría poco en el mencionado hospicio, pues su amigo, Carlos III lo nombraba casi de inmediato obispo de Arequipa, Perú. En Santafé los capuchinos valencianos se multiplicaron en sus activida– des. Pronto, sin embargo, se percataron de que el hospicio o casa que tenían era inadecuado, por lo que solicitaron al regidor de la ciudad, Pedro de Ugarte, les donara unos solares que él tenía en el barrio de San Victorino. Así se hizo y allí fundaron los religiosos su nuevo convento e iglesia, ahora con el título de San José. En 1783 el arzobispo y virrey, don Antonio Caba– llero y Góngora, bendijo la primera piedra de ambos edificios. La casa reli– giosa quedó concluida en tres años y en 1791 se bendijo el templo nuevo. Antes, sin embargo, habían acaecido hechos de trascendencia histórica en el virreinato, entre ellos, una insurrección, conocida después como la re– vuelta de los Comuneros, en la que el pueblo exigía mejor gobierno y me– nos impuestos, levantamiento que pronto degeneró en una auténtica rebe– lión. Con el fin de apaciguar los ánimos fueron llamados los capuchinos, los que, por medio de misiones, arengas y otros medios disuasivos, lograron que volviera a reinar la tranquilidad y el orden (1784). El foco de esta re– volución o descontento general fue la ciudad de Socorro, en el distrito de Tunja, actual departamento de Boyacá. Consecuencia de esto sería el que más tarde el mismo arzobispo Caballero solicitara la fundación de un con– vento de capuchinos en esta villa. Los capuchinos también atendieron a numerosas parroquias desde su hospicio de Santafé, así como también realizaron casi constantes misiones populares por la mayoría de los pueblos del contorno, de lo que hay cons– tancia documental. 20. Colonización del Darién El Darién era una región que, desde los inicios de la conquista españo– la, había sido explorada, pero no del todo dominada, a pesar de los varios intentos que con tal propósito se hicieron. Era, sin embargo, un objetivo constante en las autoridades el lograr esto, debido al frecuente contraban– do que ingleses y holandeses mantenían en esta región, igual que en Pana– má. Estratégicamente, era un área clave para el control de los océanos Atlántico y Pacífico. No es de extrañar que se hicieran numerosas expedi-