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410 VICENTE REYNAL presentados recursos a las autoridades virreinales y al Consejo. En vista de las excomuniones que les endilgó el Sr. Monroy, sintieron deseos de aban– donar la misión y pasar a Maracaibo. Hasta lo intentaron, pero fueron aho– ra los guajiros quienes les impidieron salir. A pesar de ello, con el fin de evitar escándalos, se retiraron en el 21 y estuvieron dos años lejos de sus pueblos, pero, dada la voluntad definitiva real, favorable a los capuchinos, regresaron de inmediato a proseguir su labor con los guajiros. Con la llegada de España del padre Soria con otros capuchinos se fun– daron nuevos pueblos. En estas refriegas perecieron, víctimas de los sufri– mientos morales, del mal clima y del cansancio, los padres Muniesa y Olo– cau, cuando apenas contaban respectivamente 37 y 42 años, con fama de santidad y no era para menos, luego de lo que tuvieron que aguantar de to– dos los bandos. 9. Nuevas misiones y más poblados (1725) En l 725 fueron destinados otros nueve capuchinos valencianos a San– ta Marta, Riohacha y la Guajiera, en la actual Colombia, y a Mérida y La Grita, en Venezuela. Distribuidos casi por igual, tenernos para esta fecha los siguientes pueblos, regentados por dichos misioneros: En Colombia, con indios guajiros: Menores, La Cruz, Boronata, El To– co, Rincón de Cayos, Orino y Palrnarito, y con indios aruacos, San Sebas– tián de Rábago. En Venezuela: Aliles, Naranjo, Río Chiquito o Sirurna, Guaraque, San José, Villavieja,Apón y Sabananueva. Con la llegada, en l 735, de 10 valencianos más se amplió el campo mi– sional en ambas jurisdicciones. Cuatro pasaron a Perijá, en donde se fun– daron los pueblos de Piche, Titiníes, Macoa y Sicarare. Por el área de Santa Marta se continuó laborando entre los nativos de la Guajira, los aruacos de la Sierra Nevada y tornaron por esta fecha la evangelización de los indios chirnilas, en la jurisdicción de Valledupar, quienes obstaculizaban el paso por el río Magdalena, así corno por los ca– minos que enlazaban dicho río, arteria de comunicaciones vitalísirna en el virreinato, con las poblaciones del interior de la provincia. No es que todas estas poblaciones fueran pueblos firmes ya, pero sí es cierto, corno consta por los documentos de estas fechas, que para el 1740 los capuchinos valencianos administraban "catorce lugares, los ocho en la pro– vincia de Maracaibo y los otros seis, en la de Santa Marta, sin [contar] los otros dos que tenían fundados en el Río Sabanane y uno en el Río Tucuy, estando también entendiendo en la fundación de otros seis pueblos." 13 13. "Del origen de las Misiones de Menores Capuchinos", 1754, n.14 (APCV).
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