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376 FRAY SATURNINO ARA para todos los problemas ni proyecto social alternativo; es más dialogante y más directamente evangelizadora; está preocupada por los problemas inter– nacionales y cercana a la necesidad de los más desamparados: opción o amor preferencial por los pobres 9 • Está claro que la Iglesia no posee soluciones técnicas que ofrecer al sub– desarrollo. Es "experta en humanidad" y tiene una palabra que decir, tanto hoy como hace veinte siglos, como en el futuro. Al decir su palabra, cumple con su misión evangelizadora. Aporta su primera contribución a la solución del problema urgente del desarrollo cuando proclama la verdad sobre Cris– to, sobre sí misma y sobre el hombre, aplicándola a una situación concreta 10 • A partir de la doctrina social es posible acometer la tarea de una nueva humanidad y el comenzar de una nueva época histórica. Porque han de ser los cristianos "convertidos" quienes primero vivan de hecho en la Iglesia y en la sociedad la fraternidad o solidaridad y, luego, tengan la capacidad de reformar las instituciones y en particular las estructuras económicas y socia– les. Evangelizar la vida que es lo mismo que crear una nueva cultura, valga el pleonasmo ya ritual, inculturada por el evangelio. 1.2.2 El concepto y expresión "evangelización de las culturas" Apunta al meollo de nuestra cuestión: nueva evangelización y doctrina social, es decir, capacidad de plasmar la vida desde una visión espiritual, no dejando el campo libre a formulaciones que responden a una visión econo– mista y materialista del hombre y de los dinamismos sociales. Con la nueva evangelización el cristiano apuesta por una solidaridad ca– da día mayor entre los hombres y entre los pueblos; busca el desarrollo in– tegral de todo hombre y de todos los hombres; llama la atención sobre los atentados que se cometen contra los derechos humanos y dignidad de las personas; busca la promoción de la mujer; recuerda las situaciones dramáti– cas del Tercer y Cuarto Mundo y toma partido por ellos en sus legítimas rei– vindicaciones. La doctrina social, por su parte, toma postura contra la idolatría del di– nero y del mercado y se abre a favor de los valores emergentes, como el nue– vo modelo familiar, pacifista, ecologista, etc..., no sólo para evitar que los cristianos se sitúen en el vagón de cola, sino para ayudar verdaderamente a los constructores de un mundo cada vez más habitable por todos. Podríamos entretenernos en señalar algunos particulares más. Los deja– mos. Y advertimos que vamos a detenernos en algunos de los puntos que sir– ven de apoyo para abordar la nueva evangelización o evangelización de la cultura y sociedad que es prácticamente lo mismo. Ésta ha de ser la gran ta- 9. Cfr. Sollicitudo rei socialis, 42. 10. Cfr. Ibídem, 41.
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