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LA NUEVA EVANGELIZACIÓN Y LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA 391 principios de la Escuela de Salamanca, y la vida de tantos evangelizadores y misioneros de América puede inspirar todavía hoy la aplicación de la Doc– trina Social y la nueva evangelización" 34 • La verdad que la nueva evangelización pueda enseñar no es distinta de la de otros tiempos y otros contextos socioculturales. Pero si esa oferta de verdad o cristianismo viene presentada en instrumentos e instituciones crea– das para otras situaciones y realidades de organización y dinámica de grupo, entonces se origina la dificultad. El núcleo, pues, de la dificultad de la nueva evangelización respecto a las estructuras políticas radica en la presentación de la doctrina social cristiana, de Jesús, y su encarnación en los condiciona– mientos y modos de estructuras organizativas actuales que constituyen la base de nuestra cultura democrática, de igualdad, de libertad, de autonomía, etc., es decir, distinta por los modos de vida que se ofrecen como retos a la verdad cristiana vivida en sociedad, hoy pluralista y democrática, antes uni– forme y autoritaria... La dificultad se agudiza y se vuelve delicada, cuando la nueva evangeli– zación presenta, dialoga o justifica estructuras eclesiales internas que respon– den a contextos socioculturales tan ajenos a la modernidad cambiante. A título de ejemplo y antes de pasar a presentar las estructuras religio– sas, destacamos, en primer lugar, la misma organización de la Iglesia, como institución, léase monárquica; luego, el ejercicio de las diversas funciones o poderes en la misma, el sentido de la autoridad al anterior y al exterior..., y tantos otros principios y conceptos que traen su origen del derecho romano, de las organizaciones del Imperio, de las instituciones de la naciente Euro– pa feudal, del absolutismo posterior... Es decir, organización humana no su– perada y acomodada a los tiempos. 2.4 Las estructuras religiosas Propiamente no vamos a referirnos a estructuras, sino más bien a situa– ciones o comportamientos religiosos de actualidad que pueden requerir una actitud nueva en el evangelizador o simplemente una nueva evangelización o forma distinta de presentar el mensaje cristiano. En primer lugar, convendrá destacar la situación aceptada como princi– pio básico de toda organización, el derecho de libertad de conciencia y de religión, proclamados también por el Vaticano II con la publicación de la de– claración que lleva por título La libertad religiosa o "Dignitatis humanae". Nadie puede cansarse de predicar un principio que permite llegar a la Ver– dad de Cristo, a quien se sigue libremente; y, al aceptar a Cristo, se es más ca- 34. Cfr. SUQUÍA, Nueva evangelización y Doctrina Social, o.e., p. 17 (681).

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