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372 FRAY SATURNINO ARA Nos vamos a entretener en reflexionar tres apartados: La nueva evange– lización y la doctrina social de la Iglesia; la nueva evangelización de la cultu– ra, y el futuro de la nueva evangelización y de la doctrina social de la Iglesia... l. LA NUEVA EVANGELIZACIÓN Y LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA Todo cuanto podamos decir encuentra su mejor explicación desde la vi– sión, percepción y valoración de la obra salvífica. Evangelización y doctrina social, se nos insinúa, repite y enseña, adolecen de muchos defectos. La evangelización desde luego nunca será lograda. La doctrina social puede ca– recer del debido acercamiento a las realidades concretas de cada época. Pe– ro una y otra emerge como realidades de la comunión cristiana que se plan– tea y trabaja por liberar al hombre del pecado y de la injusticia. La nueva evangelización la emprendemos en un momento histórico cru– cial para todos los pueblos. Sueñan éstos con una distinta cultura que se ins– pire más en los valores terrestres, creación de Dios. La doctrina social cristi– na busca ayudar "ese gran paso adelante" para "entrar en una nueva etapa histórica" 1• 1.1 La nueva evangelización: anuncio de Cristo Por supuesto que no nos vamos a entretener ahora en describir la nueva evangelización. Le hemos dedicado la reflexión precedente. Sencillamente constatamos su conexión con la doctrina. social. La nueva evangelización no anuncia un nuevo Cristo ni una nueva mo– ral católica, ayuda al hombre moderno a descubrir a Cristo y las normas mo– rales, requeridas por las situaciones y experiencias que la humanidad vive. Estas situaciones y experiencias, las nuevas formas, parece que no sólo favo– recen el vivir del hombre con proyección hacia el Creador, sino que, a las ve– ces, están impidiendo su proyección. La nueva evangelización parte de una constatación o realidad: los hom– bres desligados de su unidad con Dios y a efectos, principalmente, de la con- l. Christifideles laici, 35. "La tesis del fin de las teologías expresa la tesis de un pragmatis– mo tecnocrático que busca consagrar el sistema liberal capitalista, como el mejor de los posi– bles y hasta deseables. Y las nuevas ideologías, porque hay más de una, están ahí intentando explicar, administrar y legitimar una forma de pensar y de vivir, compatible con dicho sistema. Por eso hoy se hace quizás más urgente y necesario que nunca unas enseñanzas que pre– senten proféticamente la buena noticia de que la justicia y solidaridad entre los hombres y los pueblos puedan y deban ser capaces de transformar un mundo estructural y radicalmente vi– ciado por el pecado y la injusticia; de que las ideologías que no lo creen así y legitiman el sta– tus quo son radicalmente inmorales por deshumanizadoras", VELASCO, D., La doctrina so– cial de la Iglesia en el contexto de las ideologías, en Iglesia Viva 1531154, 1991, p. 321.
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