BCCCAP00000000000000000001472

LA ANTIGUA MISIÓN DE MARACAIBO (1749-1820) 327 ceda, la de Valtierra y a Fausto de Iturgoyen, la de Vera; ambos habían su– plicado y habían sido aceptados para formar la primera expedición a Ma– racaibo. En su lugar, fueron elegidos para ellas Jerónimo de Viana y Luis de Ostiz, respectivamente. "Y por quanto el fin principal de esta junta fue pa– ra ordenar las cosas conducentes a la Misión", mandaron abrir libro pro– pio, para este fin concreto, titulado Misión de Maracaibo para anotar en él sus cosas y progresos. Obedeciendo las órdenes del rey, convocaron a Pam– plona a los doce primeros misioneros, once sacerdotes y un hermano lego, escogidos de entre otros muchos que suplicaron para dicha empresa. El su– perior mayor escogió como presidente de la expedición al P. Pedro Felipe de Cintruénigo y al P. José de Espronceda, como vicepresidente, "para que los gobiernen y manden como prelados rigurosos hasta el tiempo de tener el mencionado capítulo", llegados ya América, en el que ellos mismos elegirían un prelado y dos conjueces o conjúdices. En dicha sesión, los doce elegidos fueron examinados de nuevo sobre su vocación por todo el Definitorio, perseverando firmes en ella, el Provin– cial les dirigió una plática "para animarlos y fervorizarlos", les lavaron a todos los pies y reunidos en la Iglesia con toda la comunidad, cantaron un Te Deum "por auer logrado esta Provincia con tantas ventajas y felicidad misión en América". Estas ventajas podían referirse a poder embarcar dentro de Cantabria en el puerto de Pasajes, en los navíos de la Real Compañía de Caracas. Allí estaba el convento de Rentería, en el cabo Machingo, para acogerles y los otros dos vecinos de Fuenterrabía y Vera de Bidasoa. Aunque la ventaja más importante era jurídica: La nueva misión estaría "total y absoluta– mente independiente de el Comisario General de las Misiones de España, el Provincial de Andalucía, y que únicamente sea sujeta al Provinciaí de Capuchinos de esta Provincia de Navarra y Cantabria, quien quiere S. Magd. que el referido Provincial sea sólo el único y absoluto Comisario pa– ra cuantas cosas y causas se ofrecieron en la mencionada misión 29 • Esta alusión reiterada tenía su razón de ser, ya que al erigirse esta misión de Maracaibo, el Consejo de Indias había consentido en que desapareciese la secular figura del Comisario General de Indias para los capuchinos de Es– paña, siendo reemplazado con el título y cargo de Comisario general por el Provincial de cada una de las Provincias con misión en América. Este sería el responsable e interlocutor con el Consejo, superior mayor y juez de los misioneros, visitador de los mismos, comenzando por el Prefecto y su Pro– curador y conjueces. Comprobamos diversos intentos para no depender de dicho Comisario General, pero es en esta ocasión cuando se quiebra y re– duce su figura. La razón que se dio fue que dicho cargo excedía con mucho 29. Jbidern, p. 325.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz