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370 TARSICIO DE AZCONA Ordenaciones o Reglamentos, redactados por ellos mismos y confirma– dos por el Ministro Provincial. 3. Maracaibo nunca evolucionó hacia una Provincia aparte; no organizó estudios para la formación de sus candidatos, ya que nunca pensó en la implantación de la Orden en la misión; mucho menos resplandecieron en ella grandes instituciones culturales o artísticas. Su divisa fue la en– trega humana a los indios y la plantación de la Iglesia, para entregar las reducciones a la correspondiente autoridad eclesiástica. 4. La nota misional más llamativa consistió en la entrega total de los reli– giosos a la evangelización, en un territorio extenso y durante escasos tres cuartos de siglo. Ellos se consideraron por encima de todo conver– sores, dedicados en cuerpo y alma a los indios para entrar en sus terri– torio, reducirlos, evangelizarlos y bautizarlos, retenerlos al menos diez años completando su formación humana y cristiana y entregarlos al obispo para incardinados en la diócesis respectiva. 5. En esta trayectoria hemos podido analizar y comparar la acción misio– nal con la de un laico, Juan de Chourio, ejemplo típico de encomende– ro del siglo xvm; fueron dos formas de entender la reducción y la po– blación. Asimismo hemos podido comprobar matices peculiares en el trato con los indios y con los negros, inclinándose los misioneros a ha– cer efectiva la libertad de los primeros y conseguir la de los segundos. Para ellos acrecentaron cultivos y ganados. 6. Causa sensación la forma de vida religiosa elegida por ellos y reflejaba en su legislación particular; vivieron una disciplina regular tan exigen– te como en la península, y fueron rigurosos en la vida común con la existencia de una única caja común, situada en manos del Prefecto. Fue una vida heroica, que se consumó en general con el fallecimiento de los religiosos en la Misión, víctimas de una climatología muy adversa. 7. No se implicaron con los independentistas y liberadores de la segunda dé– cada del siglo XIX, porque consideraron el problema ajeno a su vocación de conversores. No encontramos guerrilleros, afiliados a ningún bando. 8. A través de los contados misioneros sobrevivientes perduró el recuer– do de la Misión; ellos sembraron en la Provincia la inquietud hacia América, que cuajó a raíz de la exclaustración de 1835 en forma de ex– pediciones misioneras muy nutridas. Éstas llegaron a diversos territo– rios americanos, aunque los nuestros no volvieron a reconstruir la anti– gua misión originaria. Conforme se fue asentando la situación social, la misión pasó a otras manos hermanas. Aun reconociendo sombras y limitaciones humanas, este capítulo de historia misionera en Maracaibo no obliga en 1992 a organizar actos de pe– nitencia y de desagravio por la acción de los misioneros con los indios na– tivos de aquellos pujantes territorios.

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