BCCCAP00000000000000000001472
366 TARSICIO DE AZCONA 5. Finalmente queremos aducir otro caso referido a Guayana. José de Iturriaga escribía a Ricardo Wal, Puerto Sano de Orinoco 1 de diciembre de 1756 y le enviaha una carta del Prefecto de Guayana sobre un palenque de negros de Surinam y sobre los negros fugitivos de Esquivo y de otras colonias. Había hablado con el Prefecto para que pasase a reducirlos; pero no se resolvía al viaje por ser verano y sin tener cédula del gobernador. Itu– rriaga aseguraba que en Guayana serían útiles, pues vives sanos; en cam– bios los blancos e indios perecían. Confiaba en los Padres Catalanes "muy a propósito para esta y otras empresas, así por su genio, como su fervoroso celo" 113 Después de esta inicial aportación de documentos y de la interpreta– ción de los mismos parece que se puede llegar a alguna conclusión en este negocio de la mentalidad de los misioneros capuchinos sobre la libertad de los esclavos negros: a) No documentamos un posicionamiento oficial de la Orden Capuchina, comenzando por sus lejanos superiores generales, sobre este problema. Tampoco localizamos intervenciones del Comisario General de Anda– lucía o de los otros Provinciales de España. Lo que no quiere decir que no existieran. b) Los PP. Jaca y Moirans fueron enviados con obediencia del Ministro General y fueron campeones de dicha libertad de los negros. Cabe la hipótesis de que llevaran instrucciones sobre este problema. En tal ca– so, no resultaría disparatado pensar que en la Orden Capuchina había surgido la inquietud por el estado de los negros desde la experiencia de las primeras misiones en el Congo, e incluso en el Darién. e) No sólo hubo profundas y razonadas denuncias personales sobre dicha libertad de los negros esclavos, sino que descubrimos una cadena bien eslabonada de acciones, que nos parece suficiente para hablar de un posicionamiento concreto y práctico de los misioneros; equivaldría a una postura cuasioficial, distante de las reticencias, los intereses y la oposición de la corona y de los dueños de esclavos negros. d) Incluso parece probarse que llegó a existir una opinión entre los espa– ñoles sobre los misioneros capuchinos como favorecedores de la doc– trina y de la consigna "los esclavos negros, libres" 114 . 113. F. DE RIONEGRO, Misiones... , p. 102. Por ahora no entra en nuestro estudio el aná– lisis de la cédula de 1789 sobre "educación, trato y ocupación de los esclavos de todos los do– minios", reparto de la misma por América, cartas de protesta y reacciones de los hacendados, en AGI, Indiferente General leg. 802. 114. Es obvio que se necesitaba descubrir más documentación desde las raíces del siglo XVI, interpretarla genéticamente y valorar con cuidado los resultados. Abrigamos la esperan– za de comprobar la consistencia de la tesis que sugerimos en el texto.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz