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364 TARSICIO DE AZCONA seguían "porque el P. Fr. Crisóstomo de Granada, religioso capuchino, que asiste a la Misión de los Indios Mapitares se opone y los fomenta, habién– doles nombrado Capitán"; hacían insultos a los españoles y a los criollos. Sugería el gobernador en la carta al Rey que le parecía necesaria mayor justificación sobre la protección de dichos negros por el misionero capu– chino, a fin de proceder él con acierto". Los alcaldes estaban enterados de todo por una carta del capitán Reinaldo, Tocuyo 2 de abril de 1713: de mo– mento eran unos 15 negros, pero andaban armados y los misioneros les ha– bían nombrado como capitán "a uno del regidor Ullarbide llamado Nico– lás". Los alcaldes de Coro habían abierto un proceso y habían llamado a testigos: Un negro libre, Juan Ignacio de las Bastidas, dijo que era verdad todo lo anterior. Dijo que si los negros formaban palenque sería grave da– ño, "porque se iran a él todos los esclavos, según ql).e de ella les viene a convocar y se los llevan"; reclutaban a otros y hacían infamias a la gente entre Coro y Caracas. Prestó declaración también Pedro Sánchez vecino de Coro; dijo que la justicia fue a cogerlos, pero respondieron "que no obe– decen a nadie, si no es a la persona de otro fuero que los ampare y prome– ta que nadie se meterá con elíos". Declaró también Pedro Bracho de Ba– rreda, alcalde de la Hermandad; dijo que fue a oír misa a la Misión y el P. Crisóstomo de Granada le salió a recibir y le dijo que le recibía como a Pe– dro Bracho y no como a justicia, "que allí no le entrara ninguna... y que sa– bia que pretendían coger a unos negros que allí había y que no lo consen– tiría, porque él los defendería por que habían venido de Curac;ao a buscar la fe". Todo este memorial llegó al Consejo, quien lo sometió a consulta el 12 de mayo de 1714, no sin antes pedir el dictamen del Fiscal, que estudia– do el caso, dictaminó: El negocio tenía una aspecto positivo: el misionero les ayudaba porque habían venido de Curac;ao a buscar la fe, "y esto es bueno para la Religión Católica" y porque habiendo guerra con Holanda que ocupaba Curac;ao, por el hecho de venir a Caracas quedaban libres. Era lógico con la jurisprudencia anterior. Tenía también un aspecto nega– tivo: No se debía permitir que negros esclavos formasen palenques oran– cherías; viniesen de vasallos o de enemigos; no debían vivir más de tres juntos. El Consejo se conformó con este dictamen del Fiscal y elevó con– sulta al Rey, exponiendo que se debían expedir órdenes las más estrechas al fin de que se deshiciese el palenque y se redujese a los negros; el gober– nador debía remitir los autos sobre el fomento del expresado religioso" 1 º 9 • 4. El siguiente episodio ocurrió en Nirgua, cuartel de Montalbán de Aguirre, el 16 de noviembre de 1732. EL P. Salvador de Cádiz comparecía ante el teniente y justicias y pedía testimonio del indulto y perdón que el 109. Expediente muy rico en noticias en AOI, Santo Domingo leg. 696.
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