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322 TARSICIO DE AZCONA siones. Pero por desgracia tal Libro de Actas de la misión de Maracaibo ha desaparecido, sin que se encuentre rastro sobre el mismo 9 • La bibliografía específica sobre la misión de Maracaibo no es numerosa 10, y la más genéri– ca sobre las misiones capuchinas o sobre la situación civil de las mismas se irá citando progresivamente en sus lugares respectivos. PRIMERA PARTE: HISTORIA DE LOS HECHOS Vemos que los principales tratadistas estudian este aspecto con singu– lar atención 11 • No vemos posibilidad ele renunciar a esta recreación de los hechos.Aunque lo haremos en servicio de lo esencial, atendiendo en lo po– sible no sólo a la fijación de los mismos, sino a su comprensión genética. l. Religiosos de Navarra en auxilio de otras misiones a) Antes de ser creada la Custodia de Navarra y Cantabria los seis con– ventos de dicho reino de Navarra y Provincia de Guipúzcoa y sus religio– sos pertenecían a la Provincia capuchina de Aragón, de forma que Fr. Francisco de Pamplona inició las misiones capuchinas en África y en Amé– rica bajo la jurisdicción del Provincial de Aragón. b) Creada la misión de Cunamá en 1648, pasaron a dicha misión nume– rosos religiosos de Navarra y Guipúzcoa; vemos bullir no poco en la docu– mentación al P. Félix de Artajona y a Fr. Victoriano de Castejón 12 • c) Hubo también contactos institucionales entre los Provinciales de Aragón y de Navarra para acudir a la misión de Cunamá. El P. José de Via- 9. En el códice Catálogo de capítulos f 527, al hablar de los alivios concedidos a los mi– sioneros, se dice que se escribieron por extenso en el Libro de las Actas de la Misión al f 71. No encontramos alusión al mismo en un inventario de 1801 y en otro de 1908. En cambio, en AGI encontramos un acta certificada y sellada del Provincial Pedro de Auto! con el siguien– te título:" En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo comienzan los principios y areglamen– tos de la Misión de Maracaibo ... Y dando ya principio y areglamento de dicha Misión e del tenor siguiente". Se copian cinco cédulas y cartas y las primeras ordenaciones. El libro origi– nal completo sería de valor inestimable para la misión de Maracaibo. 10. BAlTASAR DE LODARES, Los franciscanos capuchinos en Venezuela. 2 vols. Ca– racas. 1930, en vol 11, pp. 341-423. CELESTINO DE AÑORBE, La antigua Provincia... pp. 370- 388. BONAVENTURA DE CARROCERA, Maracaibo, en Los capuchinos en la pe– nínsula ibérica..., pp. 353-358. 11. Quienes los describen con mayor amplitud son los PP Lodares y Añorbe, citados en la nota anterior. 12. Numerosas referencias a los mismos en el Hermano Nectario pp. 152-156. Véase nota 8.

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