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354 TARSICIO DE AZCONA tanto por sus numerosos negocios, a cuya sombra también crecieron los de los capuchinos, como por la abundante colonia de negros, que servían en Perijá y trabajaban en sus haciendas. Chourio firmó en 1722 con la corona un contrato por el que se obligaba a fundar en Maracaibo una villa de 100 familias españolas, que fuese como una vanguardia de la colonia frente a la multitud de pueblos nativos no re– ducidos y que vivaqueaban por las serranías de Perijá. Para conseguir lapa– cificación y población de los mismos se le concedieron diversas gracias; so– bre todo, poder exportar seis barcos de registro, de cien toneladas cada uno, con ropas y frutos españoles, apreciados en el comercio americano, libres de pagar todo derecho en la salida de Cádiz y en la entrada en Caracas o en Maracaibo y en cualquier otro puerto. No fue muy afortunado en esta par– te del contrato, ya que algún galeón sufrió naufragio y en las Antillas le asal– taron varias veces los corsarios. El Fiscal de la Contratación le tuvo en cuen– ta estas desgracias. Ya en América inició la creación de la villa de Nuestra Señora del Rosario de Perijá; llevó familias de Canarias, levantó una her– mosa iglesia colonial y se dedicó a formar sus propias haciendas. Nombró su propio capitán de Conducta (sic) quien con su tropa aseguraría la paz de la región, primero Domingo Corona y luego Juan de la Mota. El Gobernador de Maracaibo estaba encargado de visar y certificar la obra repobladora. Así consta por las detenidas visitas de 1748 por Francisco Miguel Collado y otra en 1751, que convertidas en autos jurídicos, resultan descripciones mi– nuciosas de todos los aspectos de la labros de Chourio; iglesia, casa de Peri– já, con el padrón completo y detallado de las 74 familias que ya habitaban en la villa; existen certificados de Juan Xelder de Inciarte, teniente de justi– cia de Chourio, del cura párroco Don Juan Antonio de Andrade y del P. Pe– dro de Alcanzas en lo referente a los indios. Estos vivían reducidos en los poblados de Piche, Tinacoa, Tintinies y Nuestra Señora del Carmen. La visita del Gobernador alcanzaba también a las haciendas de Chou– rio. Eran tres y existen detallados inventarios de las mismas. Se describe los bienes, armas, por ejemplo escopetas francesas bien tratadas y también españolas, herramientas y árboles en las plantaciones. Las listas de esclavos negros, con su nombre, señales y tasación, según su edad y talante, son de gran interés. Por no poder entrar en ese momento en detalles consignamos el abalúo o valor final y total de dichas haciendas: La hacienda de San Juan valía 47.537 pesos 2 reales La hacienda de Santa Isabel 30.912 " 4'5 reales La hacienda de San Hilario y San José 3.747 6'5 reales Valor total: 82.196 pesos 13 reales 91 • 91. Esta tasación y valoración equivalen a 1757, poco después de la muerte de Chourio.
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