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LA ANTIGUA MISIÓN DE MARACAIBO (1749-1820) 353 3. La Misión y Don Juan de Chourio y su heredero Parecerá una novela en esta historia, pero no se puede dejar de prestar atención a esta especie de "misión laica", situada en las serranías y en las laderas que descendían hacia el lago. Fueron hombres y empresas insepa– rables de la Misión, aunque bien diversas por su ideario y mentalidad, y porque en definitiva incidieron para bien y para mal en la misma. a) Juan de Chourio fue un vasco nacido en Ascain, municipio de La– burdi (Labourd) en los Pirineos Atlánticos 89 • De joven pasó a Vera de Bi– dasoa, considerándose en su documentación vecino de esta villa. No es co– nocida su biografía, hasta que en 1722 aparece firmando con Felipe V una contrata para pasar a las Indias, con el cargo de Cabo Principal par lapa– cificación y población de un pueblo de españoles con 100 familias, llevadas de la península y de Canarias. Dedicó su vida a este empeño, lleno de in– comodidades y sobresaltos. Fue el fundador de la villa de Perijá, donde montó tres grandes haciendas. Vivió en soltería en Maracaibo hasta los ochenta años. Otorgó una carta de última voluntad, dejando sucesor here– dero a Manuel García de la Peña. Las autoridades embargaron todos sus bienes, hasta que se aclaró la sucesión. Fue una de las personalidades des– tacadas en la Provincia de Maracaibo en las décadas centrales del siglo xvm y el Archivo General de Indias encierra abundante documentación sobre el mismo en muchas secciones 90 , que harían posible una extensa mo– nografía sobre el mismo. Fue una persona bondadosa, no obstante verse liado en numerosos procesos; debió tener una formación humana y cristia– na, a juzgar por los libros que se encontraron en su biblioteca; incluso pu– do estar imbuido por las primeras luces de la Ilustración. No obstante sus émulos, fue bien mirado y estimado en la corte española y en el Consejo de Indias. Además de las mil misas como sufragio de su alma, dejó diversas obras pías y a juzgar por su testamento, se mantuvo siempre en comunión con la Iglesia, sus sacramentos y sus prácticas. Se le podría definir como un indiano con suerte y fortuna; quizá también como descendiente de losan– tiguos encomenderos, aunque con eufemismo fuera considerado como Ca– bo Principal para la pacificación, reducción y población de los indios. b) Juan de Chourio nos interesa en este momento por sus múltiples re– laciones con los capuchinos, primero valencianos y luego navarros; estas relaciones fueron poliédricas, tanto con los misioneros, como con su villa de Perijá o con los pueblos reducidos por él y servidos por los capuchinos; 89. Estas noticias están entresacadas del Testamento, en AGI, Santo Domingo leg. 671. El personaje no es citado por la Enciclopedia General del País Vasco 8 (ss. 1977), p. 512. 90. Destacamos, sobre todo, el rico material de AGI, Santo Domingo legs. 668,669 y 671. En alguna ocasión ha sido vista por los investigadores D. Chacón, Peña Gálvez y Lizarralde.

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