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342 TARSICIO DE AZCONA SEGUNDA PARTE: HISTORIA DE LAS MENTALIDADES Trucamos aquí la historia de los hechos, sin perjuicio de retomarla al fi– nal, para conectarla con la independencia venezolana y con la terminación de la misión de Maracaibo. Cabría concederle mayor extensión, descen– diendo al análisis de la vida cotidiana de los misioneros; pero parece sufi– ciente en este momento y en esta sede. Entre otras razones, porque nos fal– ta exponer otra visión más interna e intrahistórica de la misión; la que reflejará las ideas y los problemas que afloraron y que centraron la acción de los misioneros, su pensamiento y acción en problemas graves, su activi– dad vista desde el Consejo de Indias y desde la metrópoli; en una palabra muy en boga, la historia de las mentalidades tan afectadas por el cambio en el siglo XVIII y tan estimuladas a dar soluciones nuevas a problemas anti– guos. Tema que a su vez nos aproximará no poco al clásico de los métodos misionales de los capuchinos de Maracaibo con los indios de la región. l. La reducción de los indios a pueblos estables El sistema de las reducciones fue uno de los hilos conductores de la conquista y de la colonia y soporte de la presencia hispánica en las Indias. Sistema que ha merecido continuas y acerbas críticas en todos los tiempos. Analizamos los últimos eslabones de la cadena, quizá en los estertores del sistema; pero no dejan por eso de tener sentido histórico, y se convierten en buen observatorio para penetrar en el sentido de la evangelización. a) Las estirpes nativas en la Provincia de Maracaibo No divagaremos en extensas descripciones etnográficas y antropológi– cas sobre las distintas tribus y pueblos nativos de esta región. Pero parece imprescindible anotar los nombres de los pueblos que vivían en las serra– nías impresionantes que formaban como un gran anfiteatro en torno al la– go de Maracaibo; eran estirpes de nativos que habían resistido a cualquier tipo de absorción o asimilación, ni por la paz ni por la fuerza. Primero los misioneros valencianos y luego los navarros se vieron ur– gidos por las entradas a los indios guajiros, que quedaron definitivamente dentro de la misión de Santa Marta. Los navarros se encontraron desde sus primeros escarceos misionales con los indios coyamos, los fuertes chaques, los inflexibles cocinas y los irreductibles motilones. Así son calificados en nuestras fuentes6 7 • 67. F. DE RIONEGRO, lVlisiones..., pp. 231 y 307. Véase una descripción etnográfica rigu– rosa en DIONISIO CASTILLO, Los Barí. Mito y sociedad en los Barí, Salamanca. 1992, 3ª ed.
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