BCCCAP00000000000000000001472

336 TARSICIO DE AZCONA rando averiguar secretamente para proceder con la debida seguridad, si son personas de satisfacción para el servicio de V. Magd. Las que serán ele– gidas para este fin" 51 . El Rey escribió: "Cómo os parece y así se Responde a la Consulta del Consejo de Indias". Esta vigilancia afectaba también a las Provincias de Aragón y de Va– lencia. Fr. José de Soria visitaba España para extender la misión de Rioha– cha y Maracaibo a la provincia de Santa Marta; pedía permiso para volver y solicitaba un compañero de la Provincia de Valencia. El Consejo estaba de acuerdo en que se le diese un compañero, "con la condición de que conste que el que se eligiere ha de aver sido leal vallo a V. Magd". Así le aseguraban el paso a Caracas y de allí el transporte a Santa Marta 52 • Parecen datos suficientes para probar que la administración de Felipe V prestó atención y vigilancia al personal que pasaba a América desde la corona de Aragón. Llegada a América una expedición de misioneros quedaba bajo las ór– denes de los organismos regios del Nuevo Reino de Granada: el Virrey y su audiencia, el Gobernador y Capitán General de cada Provincia civil y de los capitanes, jueces y justicias de cada población. Estas instituciones, unas veces con irritante celo y otras por gran desidia, tuvieron un influjo importante en la marcha de las misiones, y a ellas se debe en gran parte la masa de documentación que se halla en AGI. Por otro lado, cada expedición y cada misión quedaban encuadradas dentro de un sistema eclesiástico, el de los obispos y sus representantes te– rritoriales. Conviene tener presente esta geografía eclesiástica para encua– drar la acción de su jerarquía correspondiente. Maracaibo dependió en la segunda mitad del siglo xvm del obispado de Caracas, como se demuestra por las visitas de sus prelados, a las que aludiremos más adelante; a partir de la fundación del arzobispado de Caracas en 1803, dependió del obispa– do de Mérida, con cuyo obispo llegaría la misión a un ruidoso pleito 53 • San– ta Marta dependió en este tiempo de Santa Fe de Bogotá. La misión se desenvolvió también dentro de un marco institucional interno: la Congregación de Propaganda FIDE y el Ministro General de la Orden siguieron con interés la evolución para intervenir en la mis– mas4_ Quien ejerció un influjo específico fue el Procurador de las Misiones, sobre todo el P. José Bernardo de Espera, a quien sucedió el P. Pedro de 51. Arch. Prov. Cap. Pamplona leg. Maracaibo, fecha. 52. lbidem. leg. Maracaibo, fecha. 53. R. RITZLER-p. SEFRIN, Hierarchia Catholica.. ., vol. VI (Patavii, 1958), Emeritensis (16 de febrero de 1778), p. 208 y Venezuela (1531 junio 21), p. 436. 54. B. DE CARROCERA, El Consejo de Indias y las misiones de los capuchinos espa– ñoles, en Miscellanea Melchor de Pobladura..., vol. II (Romae, 1964), pp. 279-311.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz