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LA ANTIGUA MISIÓN DE MARACAIBO (1749-1820) 331 Con estos datos no tenemos inconveniente en admitir la afirmación de que la Provincia de Navarra y Cantabria envió a Maracaibo alrededor de unos 70 misioneros 36 . 5. La colectación o reclutamiento de misioneros He aquí una cuestión de interés que ha merecido la atención de gran especialista 37 . Estudia la historia misional de decadencia o de esterilidad progresiva y alude a la crisis vocacional misionera, agravada con la supre– sión de la Compañía de Jesús y la falta de compromiso del clero secular. Las cinco misiones españolas sufrieron las consecuencias del momento histórico, por estar quizá más indefensas. Los Provinciales recurrieron pa– ra superar la crisis a exhortaciones pastorales. Intervino en la cuestión el Beato Diego José de Cádiz, quien en su carta de lO de junio de 1783 adujo la obligación de extender la fe por obligación de caridad y justicia. Las Provincias estuvieron de acuerdo en conceder a los misioneros ciertos ali– vios y privilegios; el P. Miguel de Pamplona apuntaría al cuarto voto de mi– siones, que pareció al Consejo violento e injusto. Y no se olvidó de la crea– ción de los colegios de misioneros, aunque nunca se llegó a erigirlos; ni siquiera conventos; a lo más, un modesto hospicio, donde aclimatarse, los llegados a América. A tan rico planteamiento podemos colgarle algunos flecos. Todo el tema misional requiere un delicado tratamiento en el marco del siglo de la Ilustración, momento de cambio humano y social, que pue– de entenderse en parte desde d que estamos viviendo. El Ministro Gene– ral Nicolás de Bustillo dirigía una carta circular a la Orden, Roma 16 di– ciembre de 1796, y hablaba sin ningún paliativo de la decadencia de la Orden, atribuyéndola a la ineptitud y negligencia de muchos superiores, al descuido de la educación de la juventud, al desprecio de la pobreza y la ig– norancia de los confesores. Promulgó 37 ordenaciones para remediar la si– tuación38. No hace la menor alusión a los religiosos de misiones, lo que ha– ce dudar si los incluye en la misma situación. Parece claro que dicha circular necesita más horizonte y perspectiva para entender la situación de la Orden y de las Misiones. 36. B. DE CARROCERA, Apostolado misionero... en Los Capuchinos en la península ibérica..., p. 356. 37. LÁZARO DE ASPURZ, La vocación misionera entre los capuchinos españoles en la segunda mitad del siglo xvm, en Miscellanea ,Welchor de Pub/adura... , vol. II (Romae, 1964), pp. 427-454. 38. Arch. Prov. Cap. Pamplona, p. General, sin .f. (1796 dic. 16).

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