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274 TARSICIO DE AZCONA los. Tenía encargos inquisitoriales y era Primado de las Españas. En aquella ocasión concreta empleó un método misional más coactivo que persuasivo 26 . c) Talavera se avino con Cisneros y colaboró con él, entrando quizá en de– sacuerdo consigo mismo. Así se afirma: pero nos gustaría matizar: Tala– vera fue ejemplo de sumisión y de respeto con la corte y con el Primado de Toledo. Pero esta actitud duró hasta cierto momento. d) Es claro como la luz que entre los dos arzobispos nacieron "diferencias" e incluso algunos se empeñaron en resaltarlas 27 • No estando ellos con– formes, podría venir gran inconveniente. Al mayordomo Enrique Enrí– quez encargaba el Rey: "Trabajad en conformar a los dichos arzobis– pos". ¿De dónde provenían dichas diferencias? ¿O de principios o de la diferente manera de orientar la política religiosa desde la corte y desde la sensibilidad de Isabel? Este aspecto último con dificultad podrá ser desvelado y en el mismo pudieron influir ambos prelados, los dos confe– sores de la Reina. e) El Rey nombró una comisión para tratar el problema de Granada. Estu– vo compuesta por Talavera, Cisneros, el conde de Tendilla, Gonzalo Fer– nández de Córdoba (más tarde el Gran Capitán), el corregidor, un pes– quisidor enviado con anterioridad por el mismo Enrique Enríquez. Dicha comisión debía entender en "conformar a los dichos arzobispos'' y en la conversión, para que se haga todo el fruto posible "sin premias y sin fuerc;as y sin ademanes dellas, saluo por las vias que el derecho quie– re", aunque el arzobispo de Toledo (borró: diga) dice otra cosa... La co– misión debía consultar a los Reyes antes de tomar ninguna decisión en materia de conversiones, les debían enviar su parecer y los Reyes orde– narían lo que se había de ejecutar. f) Cisneros fue llamado por la Reina a Sevilla y Talavera siguió laborando en su Granada "muy desgranada y muy tornada a nada" 28 • Analizando el caso de Granada, parece que estamos en situación de enumerar los problemas surgidos en el reino nazarita y su parentesco con los que pronto aparecerían en la evangelización indiana: a) El problema general de la evangelización pacífica, o con empleo de al– gún género de coacción, apremio estimulante, o con respaldo armado. b) La colación del bautismo con preparación lenta y personal, o rápida y multitudinaria, trastocando el lugar de catecumenado. 26. J. MESEGUER, Fernando de Talavera, Cisneros y la Inquisición en Granada, en La Inquisición Española. Nueva visión, nuevos horizontes, Madrid, 1980, pp. 371-400. 27. Analizamos este arduo problema en Diversos criterios sobre la conversión de los mo– ros de Granada, en xx Siglos 3, 4 (1900), pp. 139-150. 28. Granada 4 tfo junio de 1500, en AH Salazar A-11 f.260.

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