BCCCAP00000000000000000001470

EXPERIENCIAS MISIONALES EN ESPAÑA 271 jurídico de la infeudación pontificia. América, recién descubierta, condenó a África a no entrar todavía en la historia universal, aunque las potencias ibéri– cas hubieran buscado en ella mercado y el emporio de los esclavos negros. Los descubrimientos colombinos desviaron la atención de los Reyes Católi– cos del continente africano sobre el que habían iniciado experiencias de con– quista y de evangelización, partiendo de Canarias y del sur de la península. III. NUEVO ORDEN GRANADINO Y CONVERSIÓN CRISTIANA La Corona jugó un papel medular en Granada después de la conquista en 1492. Implantó un nuevo orden total: político, social y religioso, sobre una población de unos 300.000 habitantes, o 200.000 según el entonces arzobis– po Jiménez de Cisneros. También en este plano se puede volver a asegurar que la experiencia granadina fue un antecedente singular para América en todos los aspectos citados. Aunque en este momento vamos a referirnos al religioso cristiano. Merece la pena descubrir lo que ocurrió en Granada y lo que fue sucediendo en América, a nivel de hecho público de la Corona y a nivel de hecho religioso de la Iglesia. 3.1 La evangelización pacífica y la coacción religiosa Antes de penetrar en tan espinoso tema, permitidme una alusión doctri– nal que ayude a entender el alcance del mismo. A lo largo de siglos se había elaborado en la Iglesia y en la cultura occidental una teoría definida sobre la tolerancia religiosa con los infieles y herejes sobre su acceso o retorno a la comunidad eclesial. Sin acudir por agua más arriba, se puede recordar al Doctor Angélico. Supuesta la libertad y voluntariedad del acto de fe, Santo Tomás centró el problema de la coacción religiosa, empleada por la Iglesia. Distinguió entre: a) Coacci6n suficiente, o compulsión, insuperable e invencible. b) Coacción insuficiente, o apremio vencible, que no anulaba el acto hu– mano. Tal coacción podía inferirse a dos clases de personas: a) Infieles: que nunca fueron cristianos, ni podían ser coaccionados a serlo. b) Herejes: Eran cristianos rebeldes a la Iglesia y que podían ser competi– dos a volver a ella. Frente al Doctor Angélico, el Doctor Sutil Duns Escoto propuso algunas aplicaciones singulares respecto de la coacción en el bautismo: a) Bautismo de niños, invitis parentibus: No podía conferirlo un individuo por sí mismo, pero podía inducir un monarca en su reino.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz