BCCCAP00000000000000000001470

270 TARSICIO DE AZCONA 2.3 La bula de infeudación de África Hemos afirmado que las bulas inocencianas condujeron a las alejandri– nas que tan subida consideración han merecido, ya que fueron la base jurí– dica del dominio castellano sobre las tierras nuevas, de la colonización de las mismas y de la evangelización cristiana de aquel continente. Por no salir de las experiencias misionales en España, no trataré de dichas bulas alejan– drinas. En cambio, permitidme que haga una alusión a las gracias concedidas a los Reyes Católicos sobre el continente africano. Fueron numerosas a lo lar• go del siglo xv y culminaron en la que ahora comentaremos. Para entender· las necesitan contexto. Aragón por el Mediterráneo y Castilla por el Atlán~ tico trataban de atenazar el continente africano y poner pie en el mismo, tanto para asegurar la navegación y la defensa de la cristiandad, como para potenciar las empresas oceánicas, tan vinculadas a sus costas. Éstas fueron también experiencias, reconocidas en una gran concesión de Alejandro VI. El 21 de febrero de 1495 comunicaba el Papa Borja al nuncio Desprats que le enviaba una bula "super concessione Regni er dominii Africae". Se trata– ba de la bula Ineffabilis, Roma 1495 febrero 13, por la que concedía a los monarcas la plena investidora de toda África con sus reinos, tierras y domi– nios, por el poder recibido de Jesucristo 19 . Esta concesión no fue empleada a fondo en su momento, ni desarrollada en otros documentos particulares porque quedó absorbida por la gesta ame– ricana. Pero no dejó de despertar la atención de los cronistas y de los poetas del tiempo. Juan del Enzina dedicaba a los Reyes las Bucólicas adaptadas con ocasión de la conquista del reino de Granada, que sería pequeña "en compa– ración de las victorias que os están guardadas (en África)". El amor que sen– tían los cautivos de allende por la Reina era más apasionado que el de un poeta por su amiga; el Rey, por su cuenta, cruzaría el mar para conquistar to– dos aquellos territorios 20 • De hecho, la llamada y la vocación africanista fue• ron vividas durante su reinado. Isabel lo recordará en la cláusula 27 de suTes• tamento, cuando manda a sus herederos que "no cesen de la conquista de África e de pugnar por la fe contra los infieles". No deja de ser acuciante la hipótesis sobre la evolución de la historia de Occidente sin que España se hu~ hiera volcado sobre el vecino continente, para lo que contaba con el respt:tkio 19. Véase eI estudio y el texto en L. SUÁREZ FERNÁNDEZ, Política internacional de Isabel la Católica. Estudio y documentos. Tomo IV (1494-1496), Valladolid, 1971, pp.19-20 y 299-302. 20. JUAN DEL ENZINA, Traslación de las "Bucólicas" de Virgilio. en M. MENÉNDEZ PELAYO. Antología de poetas líricos castellmws vol. IV, Madrid, 1944, pp. 261-314, égloga dé– cima. R. SÁNCHEZ DE ARÉVALO, Oratio ad... Píum sec1mdum... in prestatione obedien– tie, en Bibl Vat. Vat, Lat. 4881 ff.CCXII-CCXVI aludía al proyecto de Enrique VI de pasar a la conquista de África "tertiam orbís plagam".

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz