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244 FRAY SATURNINO ARA contemporáneos los complejos de un pasado frente al trabajo aparecen li– berados de concepciones humillantes, en actitud de nobleza y dignificación -franciscanamente y en lenguaje tradicional, humildad y minoridad-, y con capacidad de reconocer lo que cada uno puede y debe realizar en la actividad para la que está preparado y por la que ha optado por vocación, respuesta generosa a la llamada del Señor... Éstas son, entre otras, las señales prometedoras de nuestra sociedad 3 , a la que podríamos calificar, desde una visión cívica, como pluralista y, desde un.a visión o proyección religiosa, como ecuménica. El pluralismo no debe ser interpretado en el sentido de que la sociedad civil no se compromete con opciones o propuestas éticas. Providencial– mente, la tónica o característica de las sociedades que más se han bene– ficiado del cambio es la del esfuerzo constante por valorar, actualizar y adaptar principios que son cristianos. Curiosa y tristemente se puede igno– rar su procedencia, el Evangelio. El ecumenismo apremia a la Iglesia a tomar más seriamente el impera– tivo moral de anunciar a Cristo como Dios y a la Iglesia misma como ins– titución querida por el Señor. 2. RASGOS DEL CAPUCHINO EVANGELIZADOR DEL HOY Y DEL FUTURO INMEDIATO Partimos, en esta segunda parte de nuestra exposición, de los aspectos positivos y de las luces que iluminan nuestro momento histórico, creador y diseñador de ese futuro que, en parte, hemos ya descrito en el apartado an– terior al dibujar los rasgos del hombre actual. No pretendemos salir direc– tamente al paso de la presentación de los aspectos negativos o sombras más destacadas de nuestra realidad, particularmente eclesial. Pero sí nos gustaría acertar con la presentación de los aspectos positivos más señala– dos del presente y del futuro del capuchino evangelizador. Una premisa: el capuchino evangelizador del hoy y del futuro inmedia– to no puede pretender ni abarcar ni hacerse presente ni insertarse, a un mismo tiempo, en todos los campos y especialidades, propias de la Misión, como podría ser, pongamos por caso, el apostolado universitario y la pre– sencia en zonas marginadas ... Menos aún puede soñar con socorrer y lle– nar los fallos y deficiencias que se observan y dan en la planificación de la Iglesia universal y particular. Se deberá limitar y contentar con realizarse allá donde se encuentra y con cumplir la tarea evangelizadora asignada, 3. Como ayuda para valorar la nueva situación que se ha producido en Europa, léase Co– nocer el destino de Europa, "Esbozo para la reflexión previa" a la Asamblea Especial para Europa del Sínodo de los Obispos, en Ecclesia, núm. 2.530, 1 de junio de 1991, p. 24 (839).

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