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REFLEJOS.-Fll. BASILIO OE l>INILLA 64 árbol que te prohibí, dicifodote: no comas de él: por tí será maldita la tierra; con trabajo comerás de ella todo el tiempo de tu vida» (22)~ De tal modo resalta hoy este nuevo aspecto de nuestro trabajo que hay quienes no ven en él más que un esfuerzo productivo de va– lores económicos, que serían a los factores decisivos de la Historia. También el dolor hace su aparición en el mundo como conse– cuencia del pecado. En el trabajo aparece bajo el doble aspecto de fafiga y de desgaste: «con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra... » (23). Hasta entooces este fenómeno natural se hallaba suspendido por un don gratuíto de la divina liberalidad. De hecho es, pues, el pecado la causa determinante del carácter oneroso que acompaña nuestro trabajo; sin él habría sido !)erpetua la felicidad original. Des– pués, en cambió, la pena seguirá mientras exista el pecado; única– mente la condonación de aquél podrá eliminar sus consecuencias (24). Mientras llega ese día, la condición pasible de nuestra natura– leza tendrá razón de castigo. La expulsión del paraíso recoge plásticamente la dureza del cas– tigo: «Y le arrojó Yavé Dios del jardín de Edén a labrar la tierra de que había sido formado» (25). B) Después dé la Redención. Siguiendo un desarrollo lógico veremos inmediatamente si la nueva Economía introduce alguna modificación particular en el he– cho que analizamos. Señala ésta el momento más trascendental de la Historia; incluye en el mundo un nuevo esfuerzo de síntesis, supe– rior a la realizada en el hombre, que culmina en la unidad írreducti- 22.-Gen., 3, 17. 23.-Gen., 3, 19. 24. - El P. Toootf expone las diversas teorías ideadas por socialistas humanita– rios en vistas al día en que pueda evitarse definitivamente el dolor que acompaña nuestro trabajo. Todos parten igualmente de un principio falso. •Han creído que pu– diera llevarse a cabo esta maravilla, porque han juzgado que toda la penalidad del trabajo nace de las circunstancias históricas en que se desenvuelve». «Teologia del trabajo• en Rev. Itspañola de Teología, 49 (1952) 569-72. 25.-Gen., 3, 23.
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