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SENTIDO TEOLOGICO DBL TlA13AJ0 61 Stñor aportando nuevos valores que universalizan su función sacer,– -0otal. Es en este caso sobre todo cuando interpreta con toda propie– ,dad 11la plegaria que todo lo creado dirige al Ser". PROFETA. Es indudable que en el plan providencial de Dios sobre ~1 mundo entra como elemento importante la revelación progresiva <le valores latentes en un principio. El dinamismo interno de los se– l'es tiende naturalmente a la adquisición dé esa meta final, que siem– pre se afirmara en un punto más próximo.al ideal de toda perfección, pues, como antes indicábamos, el ser de las cosas consiste en su grado de semejanza con Dios. Consiguientemente, todo progreso en la realización del ser constituirá por lo mismo una revelación más perfecta de la Divinidad. Pero hay un límite que en cada ser circunscribe las p¡opias po– sibilidades. Respecto del hombre es en este punto cuando interviene propiamente el ministerio profético del Mesías. Su revelación pro– yecta indefinidamente nuestras posibilidades al declararnos los mis– terios ocultos desde los siglos. El Verbo, que desde toda la eternidad constituía en el seno del Padre «el esplendor de su gloria y la ima– gen de su substancia», al unirse a la naturaleza humana, se nos pre– senta como el Revelador auténtico de la divinidad (18). El hombre, materia y espíritu, es el llamado a introducir en el mundo material la revelación divina, manifestando, en una forma cada yez más perfecta, el principio divino que la anima. Con su tra– bajo el hombre humaniza la materia, la llena de espíritu y la hace más parecida a la imagen de Dios (19). Así es cómo el sílex prehis– tórico en que se advierte la industria humana, adquiere un sentido revelador que falta a otros objetos semejantes trabajados, por los agentes naturales. «La selva virgen tiene una belleza salvaje; pero los jardines y los bosques cuidados por el hombre, con su naturale– za dominada y fecunda, son mucho más ricos y productivos. Una 18.-Cristo importa por su misma naturaleza humana un valor de la Re\felación. Cfr. J. Mou2oux, o. c., p. 77. 19.-Es el aspecto preferido por G. THILS en el capítulo que dedica al trabajo en la o. c., pp. 158-166.
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