BCCCAP00000000000000000001464

164 DON ATO DE MONLERAS el terreno de misiones vírgenes disponiendo de medios materiales que poseen misioneros de otras cruncias o en el campo del apostolat~G wcial en.re las masas si dispusit-ra de medilis humanos justos de con– quista, al menos de las posibilidades de controlar cristianamente las fuentes de la riqueza de lo,& ppeblos! Se habla del problema social -el gran problema de los hombres tk este mundo-- y se quiere verlo solucionado, en germen al mel1(1s, en fa misma doctrina de Jesús. A este propósito :;ude aducirse, entre ctros, el pasaje del sermón del monte, Código por antonomasia del pt:nsamienh.J y vivir cristianos. Pero, ¿qué solución positiva nos da Cristo en ese primer "nu:eting" cristiano? "La gen((! escuchaba a tenta. Su asombro fué ciertamente más grande y muy c)trü del que nosotros nos imaginamos. Ellos viven en la pobreza, en la indigenci1 y en la opresión; Jesús puede hacer desaparecer todo esto, sin emb;:1ígo, les dice palabras de las cu:1les deducen que, sabiendo El bien ctJal es ¡:u género de Vida, está resuelto. 110 a disminuirles esa indigencia, sino a contentarse ccm ayudarles a s,)portarla. Eran pobres y la pobreza de• bia continuar. Pero había que rnportarla por amor de Dios. Estaban en la opresión y la tenían que tolerar por Dios" H. Lo nuevo y descon– certante de esta doctrina es !1()table. En el Antiguo Testamento y er.– tre los gentiles en general "la pobreza significaba :,¡a por sí misma una especie de proscripción y maldición de Dios, porque ponía obstáculo al cumplimiento incansable de los deberes religiosos. Dios no permite que sus predilectos, los verdaderos hijos de Israel, sufran miseria. La riqueza, la posesión, era considerada como señal especial de la divi– na complacencia" 15 , Por utra parte, esa acertadísima exégesis de \!.:illam, no deja de sernos a primera viista, más que desconcertante humanamente deseo-• razonadora. Por encima de la justicia que pide una ética natural está el vivir, evéingélicamente, resignados "por Dios" con la mism3. inj 1 15- ticia que se nos hace y con la indigencia en que vivimos, firme9 en la fe y esperanza de una paga y recompensa mejores,, justas, en la otra vida. ¿Habríamos de contentarnos con creer que el cristianismo fomer.– ta de raiz un egoísmo eudemonista de la vida 16 , que el cristianismo es, 14. W1LLAM La vida d~ Jesús en el país y pueblo de Israel•, trad. de José Solá, S. I, (Ma– drid, 1935) 211-212. 15. KARL AnAM, Cristo, nuestro hermano, trad. de Antonio Sancho (Friburgo de Brisgo– via, 1940) 90. J8. MT 8, 1-8. 16-))...

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz