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iti8 bONATÓ b E MON L E R A s do en cuenta, antes, de nada, que t,odo lo anterior, en líneas generales, constituye el núcleo de un capítulo introductorio al tema del concepto ético-crisüano del mundo que intentamos desarrollar a base de toda la doctrina neotds'tamentaria. Y conste que casi nos hemos :Jimitado de propósito, en el plantea– miento precedente del problema, a la faceta humana, más inmediata– mente ética, del mundo. Porque el mundo, abarcado en todo el sentido de su moralidad, puede y debe tener más amplitud problemática. He aquí, pues, en términos concisos, el alcance exhaustivo de la cuestión: ¿Q!Jé sentido integral tiene el mundo para el' crlistiano y, consiguien– temente, qué actitud ética completa del redimido o creyente is posible con respecto al mundo? No obstante, la realización Je este proyectJ, en todo el conjunto de la llteratura y el pensamiento neotestamenia– rios, precisa ser, por ahora, necesariamene reducida, ciiléndonos, como el mismo título del estudio indica, a los c's'critos de San Juan, el teólo– go, de más depurado pensamiento sobre el valor metafísico, eterno y espiritual de Cristo y lo cristiano. Con razón San Jerónimo dice del Apóstol que es "quem Iesus amavit plurimum, supra pectuls Domini re– cumbens, inde purissima doctrmarum fluenta potavit" 24 • De suerte qu-: cabe muy bien suscribir el el0gio de Orígenes: "La flor de todas las Escriturns son los Evangelios; pero la flor de los Evangelios es el Evan– gelio que nos dejó San Juan" 25 • A base, pues, de esa pura y eximia doctrina del evangelista espiritual; suficientemente amplia y completa, pretendemos elaborar el presente estudio. Será mejor abstenerse ahora de hacer comentarios a la doctrina t1el último evangelista respecto al problema mundano propuesto. En la conclusión de todo nuestro trabajo expondremos detalladamente el al– cance y valor que nos merece esta doctrina. Sin embargo, qurzá sea conveniente adelantar, para que no extrañe el método y proceso de nuestro estudio exigido por la teología misma del Apóstol, que, su doc– trina sobre el particular, no obstante cofllsfüuir una base teológica inestimable, sólida y positiva de moral cristiana -particularmente desde el punto de vista óntico del hombre~ agudiza el problema, al menos negativamente, y expone a parciales interpretaciones la mente integral cristiana frente al mundo. 24. In Math. Prof., PL 26, 18, ~. In Je,. Prooemium, PG 14, 32.
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