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116 M IGUEL A NXO P ENA G ONZÁLEZ Studia Philologica Valentina Vol. 23, n.s. 20 (2021) 103-125 aquellos pobres infelices. Jaca recurre al Evangelio donde encuentra el ideal de vida cristiana, mostrando que el hombre está por encima de la norma, tal y como pusiera de manifiesto también Moreno Rejón, al afirmar que “ su punto de partida no es la teoría, las opiniones de los teólogos, sino la práctica que ellos experimentaban en la sociedad de su tiempo. Por eso fueron capaces, reflexionando a la luz de la Palabra de Dios, de remontarse sobre las costumbres, leyes y normas morales comúnmente aceptadas. Con la libertad de espíritu que da el saber que se lucha por una causa justa” (Moreno Orama, 1994: 87). De manera sucesiva, irá respondiendo a aquellos que justifican estas prácticas, por el hecho de haberlos bautizado y, por lo mismo, convertido al cristianismo, justificando que se les ha hecho un gran beneficio. Su respuesta es taxativa y directa a cada uno de los oyentes, por lo que vuelve a recurrir al uso de la primera persona del singular, para responder que “solo te vales de la codicia para tu defensa”. Pero aun siente la necesidad de ir más allá afirmando que no es lícito cometer un pecado para lograr la conversión de alguien, visibilizando también la limitación moral de su argumento. Por esta razón, no puede ser lícita tampoco, maldad alguna, para la conversión de los infieles. Esto lo sustentará recurriendo a la Escritura y al derecho. Por ello mismo, como afirmara Moreno Rejón, “el hecho y el derecho que brota del ordenamiento legal son los que deciden la justicia y la moralidad de un asunto” (Moreno Rejón, 1993: 101), 8 pero sin descuidar que “la utilización de recursos retóricos pertenecientes a una u otra disciplina se torna intercambiable, puesto que la potencia de narrar desenmascara lo que ambas modalidades tienen de ficción, es decir, de invención social e histórica” (1993: 158-159). Se trataba, en definitiva, de cuestionar el orden normativo en vigor. En relación a la Escritura, está teniendo presente el capítulo 6, de la carta a los Romanos, donde Pablo insiste en que se ha de abandonar el pecado, ya que ha de abundar la gracia (Rom 6,1-2). Su conciencia le impone que los cristianos han de comportarse como hombres nuevos, que implica ser como Cristo. Desde el lado del derecho su argumento recurre a la máxima clásica: Non sunt facienda mala ut eveniant bona , que es lo mismo que afirmar, en palabras de hoy, que el fin no justifica los medios. Este argumento estaría otorgándole valor legal a la experiencia. El capuchino quiere mostrar el abismo en el que se están introduciendo con esta justificación de la esclavitud, que completa también recurriendo al Evangelio de Mateo, retomando de ahí la idea de que todo árbol malo produce malos frutos (Mt 7,17), lo que implicaría que si no se retractan de sus pecados y cambian de conducta irán derechos a la condenación eterna. Es obvio que Jaca no está escribiendo un sermón para luego aprendérselo de memoria y proclamarlo ante el auditorio, sino que está hilando unas ideas, con la intención de llegar a su auditorio, ante la situación que está contemplando a diario con sus propios ojos. Los asertos siguientes tienen un valor relativo, precisamente por que ya están asimilados en los anteriores y, precisamente por ello, están tachados en el borrador. 8 El autor completa, unas líneas después, afirmando que la tarea de la teología moral consiste en juzgar la realidad a la luz del Evangelio y no en acomodar la ética a la realidad.

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