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(57) ASPECTOS DEL lvIOVIMIENTO MISIONERO ( 1618-1650) 9 el derecho natural. Y si la Religión no halla conveniencia ninguna en la yda de,;,tos Padres a las Philipinas y Japón por parte suya; y por parte de Su ~Iagestad reconoce <pie quando conviniera el fundar en ellas, frn~ra también fuerza el orden que Su l\1agestad tiene dado de que no pai'en a aquellas provincias Religiosos estrangcros sino españolee; y siendo el P. Prefoeto de aquella missión y los princi– pales della italianos, conoce que no fueran a propósito para fundar en las dichas provincias, las qnales por haver tantas Religiones en ellas antes se sienten agravadas con la muchedumbre de Religiosos que necesitadas ele que vayan otros nucbos a ellas. Y si estos Reli– giosos quedasen frm-,trados del intento que llehan y de executar las órdenes de Su Santidad, mexor será que se vuelhan a sus provincias, adonde los más de ello~ ~;e aprovecharán a sí y a los fieles con vida y doctrina o con sanctas ocupaciones servirán a Nuestro Señor, que no que anden eu otras provincias estrañas, en donde no pueden apro– vechar a nadie o eólo a pocos. Item porque los tales Religiosos no 11011 a propósito para enseñar a los Indios en las Philipinas ni a los del Japón, porque no saben la lengua destas naciones, y quando la supieran, mexor conocen a los Indios los Religiosos de otras Reli– giones que están allá y el modo que de tener en doctrinarlos, por– que saben sus costumbres y están cxercitados en ello; y los Capu– chinos que llegaren de nueho ignoran todaE, :estas cosaA, porqu-e les falta la experiencia. Ausi mi,mo la yda de los dichos Padres a las Philipinas ha de ocasionar muchos pleytos con las demáe Religiones que están hallá, que tienen experiencia que lo;;, Religiosos que ay en aquellas provincias no solo son vastantes, sino que la muchedumbre dellos .antes daña que aprovecha, es fuerza que resistan fuertemente a la entrad.a destos Religiosos y que de ay se sigan los dichos pleytos, oposiciones y contradicciones, de que de ordinario resultan muchos inconvenientes, y más entre Religioso¡;,. Por todo lo qnal me parece que, siguiendo los dicho¡;, Religio~os missionarios el ordPn de Su Santidad y tratando ele yr al reyno del Congo a predicar y enseñar nuestra sancta fee sin tomar otros medios fuera deste intento, como e,, de yr a las Philipinas o Japón, que será hien que V. A. les haga merced de darles todo favor y ayuda par,a cumplir Ia obediencia de Su Santidad, fomentando tan sancta obra y intentos con todos los medios y favorce posibles, para que aque– llos infieles vengan a la luz de nuestra sancta fee y ohediencia del sancto Evangelio, y no se pierdan tantas almas redimidas con la san– gre de Christo. Y aunque es verdad que es dificuhosfosima la em– presa por la dificultad grande de los medios, pero se debe confiar de Nuestro Señor que pues El la mandó emprender por medio de su Vicario y c<m fin tan alto y tan de su servicio y gloria, ayudará y fomentará tan ¡¡anetos intentos, facilitando los medios que aora pa– recen tan difíciles,· y aun haziendo milagros, si fuere mene,,ter para ello, como ha acostumhraclo Su Magestad hazerlo siempre que de nuebo E,e ha plantado la fee en algunas provincias y reynos. Pero en orden al yr a las Philipinas o Japón, aunque sea con título de tomarlo por medio de yr al Congo, me parece que no con– viene que V. A. les dé licencia, porque será ponerles en ocasión de afloxar en la empresa que con orden de Su Santidad han acometido y que es tan del servicio y gloria de Dios y provecho de Ias almac.,;
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